Salta la noticia de que nuestra nunca suficientemente valorada Junta de Andalucía ha publicado una (otra) guía sobre sexualidad, para ser repartida entre alumnos de secundaria (desde 11 años). No es exacto. La guía es del año 2007, pero está «en activo».
Para variar, la guía anima a los niños a «descubir» su sexualidad, probar distintas posibilidades sexuales, recuerdan que es tan normal que te guste la carne como el pescao o un refrito de ambos, les recuerda que tienen la píldora del día después «y que no tienen que pedir permiso a un mayor» para los sustos todas las veces que quieran («no hay un número máximo», dicen…), representa gráficamente distintas posturas sexuales…
Se me ocurren muchas cosas que decir, pero no me gustaría perderme en explicaciones ni en consideraciones superfluas. Me parece perfectas la educación e información sobre la sexualidad, pero no que terceros le digan a mis hijos a mis espaldas lo que es bueno y lo que no. Ya hay por ahí organizaciones de padres queriendo meter mano judicialmente a la Junta, y espero que lo consigan.
Pero miren, para ser claros: Yo en la Justicia confío ciegamente. Pero en la administración española de justicia confío lo mismo que en Belén Esteban como Jefa de Protocolo de la Casa Real. Así que reconociendo que con la entrega de esta guía a un niño de 11 años el Estado puede estar incurriendo en un delito que por la vía judicial éste puede ser sancionado penalmente, dejo esa puerta para quien confíe en esos medios, que contará con mi aplauso.
Yo, si llega el momento, actuaré como padre. Y si alguien actúa para corromper a mis hijos, haré lo que haría cualquier padre que se viera en esa situación, y que intentaré explicar de la manera más concisa y detallada posible: Partirle la cara al corruptor, y tirando por elevación, no parar hasta cortarle los huevos al responsable y metérselos después en la boca. O su equivalencia, Doña María Jesús, que es una frase hecha y usted, supongo, no tiene de eso.
Digo todo esto para entendernos y que luego no haya sorpresas. En esta bitácora están disponibles mi nombre y apellidos. Si algún responsable de este circo quiere tomar nota para ir denunciándome por amenazas, ahí los tiene. Y ya de paso, dirigiré este mismo texto a los interesados, para que vayan marcándose la línea de puntos en el escroto. O donde corresponda, Doña María Jesús, usted ya me entiende.
Que como dicen algunos, el que avisa, no es traidor. Es… avisador.
4 Comments
Buenísimo, Gonzalo: dejando las cosas claritas, no vaya a ser que piensen que en España, sección Andalucía, ya no quedan hombres. Y padres como Dios manda.
Por cierto que si necesitas ayuda para partir la cara a algún hijo de puta cuenta conmigo desde ya. Aunque creo que tú solo (y cada padre solo) se basta y se sobra.
Un saludo
Gracias Orisson, te tendré en cuenta, aunque no creo que haga falta: Esta panda de golfos apandadores son así porque se les permite. Que si voy a recurrir, que si voy a presentar una queja… y se descojonan en nuestra cara.
Ahora, cada vez que alguien le coge los huevos y les dice aquello de «no nos haremos daño, ¿verdad?», es cuando empiezan a cambiar las cosas.
Pues si este es el estado de derecho en el que hay que actuar, repartimos cartas y cada uno juegue según las nuevas reglas.
Pues así es: ni apelaciones ni protesto señorida: ¡zasca! una en la cara y ahora hablamos si quieres. Mola.
Luego se quejan de que hay violencia. Pisotean nuestros derechos, nos roban en la puñetera cara y ahora,…escandalizan a nuestros hijos, robándoles la infancia.
Yo voto por la rueda de molino y…al Guadalquivir.
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