Conforme publicaba la entrada de ayer, me daba cuenta de que faltaba una pregunta fundamental en ese asunto.
A ver, ya que los diputados, aparte de su sueldo, cobran por acudir a su lugar de trabajo los días de pleno -es como si usted cobra su sueldo y además, el día que pasa por la oficina, un plus- supongo que el día que vuelvan a votar la Ley de Aguas con sus enmiendas… ¿vuelven a cobrar esas dietas?
O… ¿Las pagará de su bolsillo Mario Jiménez, ya que por su culpa hay que volver a acudir al pleno, vaya rollo, con lo bien que estarían sus señorías paseando por Sevilla en promavera?
O… ¿De lo que cobren sus señorías por ir a trabajar ese día podrán un bote para pagarle a Mario Jiménez un curso CCC para saber qué dedo hay que levantar en cada caso?
O… ¿Se aprobará una partida adicional para repartir entre sus señorías una copia del programa electoral con el que se han presentado para así poder compararlo con cada ley o enmienda a votar, y así ser capaces de discernir por sí mismos si hay que estar a favor o en contra si un día Don Mario vuelve a tener la manita tonta o le da un apretón en el momento justo?
No me digan que no es apasionante nuestra actualidad política… A ver si nuestros padres de la patria, o de la realidad nacional, nos iluminan pronto con su, seguro, sabia decisión.
2 Comments
Eres muy cruel Gonzalo, piensa que tiene muchas cosas en la cabeza: sumar las dietas, kilometraje (viviendo en la misma ciudad), pensar en la próxima estupidez… se puede equivocar. Es muy complejo el sistema de votación y a cualquiera que sea político le puede pasar, al resto lo dudo.
Un saludo
Te recuerdo una de las anécdotas más graciosas de la política moderna: el famoso «Manda huevos» de Federico Trillo. Pues bien, Federico Trillo dijo eso porque leyó un texto por el que se convocaba a sus señorías a votar una resolución y no entendió lo que estaba leyendo. El texto decía así: «Rúbrica de la disposición transitoria segunda. Se suprime la referencia a las tarifas de conexión para desarrollar el contenido resultante de la tramitación previa en el Congreso de los Diputados. Por último, también por razones de técnica legislativa, una disposición derogatoria que prevé expresamente la abrogación del Real Decreto Ley del que trajo origen este Decreto Ley».
¿Entendió alguna de sus señorías, egregios Padres de la Patria, de que se trataba?
Probablemente no y ya hemos aprendido, gracias a tus dos últimas entradas, que esta circunstancia no tiene, en realidad, ninguna importancia.
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