Durante los años que llevo de vida laboral nuestros queridos vividores sindicales me han convocado a la huelga en varias ocasiones. Como otras, tampoco secundaré la invitación que ahora nos cursan para el próximo día 29. Dicho esto, déjenme que me desmarque de otras negativas a la huelga que se oyen por ahí.
Dicen algunos que esta huelga está mal dirigida por los Sindicatos, porque ponen como objetivo de ella a la oposición y a la banca en lugar de al Gobierno. En principio la crítica es cierta, pero en el fondo los que la lanzan lo que piden es, una vez más, movilizaciones única y exclusivamente contra el gobierno zetaperista. Evidentemente al gobierno de inútiles hay que darles con la mano abierta y hacerles centro de las protestas. Pero eso no debe quitar ni un ápice de fuerza al golpe que hay que darle a la oposición y a la banca, culpables en la misma medida que el gobierno de la situación que tenemos. Y por supuesto, metan en el destino del golpe, y estos sí con dosis extra de contundencia, a los propios sindicatos que convocan la jornada, panda de parásitos que se dedican a vivir a costa de los trabajadores y que han estado aplaudiendo con las orejas mientras la espiral que nos llevaba a esta situación aceleraba y aceleraba sin que cupiesen dudas sobre el negro futuro laboral de millones de personas, engordando a los Méndez y Toxos de turno, cebados por los miles de millones de pesetas robados a los trabajadores con que el Estado les pagaba por lo que son: Sus meretrices.
Dicen algunos que éste no es el momento para una huelga y que lo que hay que hacer es trabajar para levantar el país. Es cierto que una huelga en este momento puede hacer mucho daño a muchas pequeñas empresas que no tienen culpa de nada. A las grandes empresas, a la Banca y al Estado les importa un carajo: Su trabajo externalizado tiene fecha de entrega y si no se llega, quien perderá será la pequeña empresa o directamente el currito. Pero el seguir trabajando como si nada pasara no arreglará el país, sino que lo dirigirá hacia el mismo sitio en el que estaba antes del batacazo: La galera.
España, Occidente, y si me apuran el planeta entero claro que necesitan que se haga algo por ellos, y desde luego no volver a remar como si nada con el único objetivo de que el crédito vuelva a permitirnos vivir, como en los últimos años, en una falsedad insostenible. A España, a Europa y a todo el planeta le vendría magníficamente bien una Huelga. Pero una Huelga de verdad. Una negativa firme a volver a encadenarnos al remo de la galera hasta que hayamos pasado a cuchillo a los que nos condenaron a ella y a los que disfrutan del viaje en el castillo de popa. Y, ojo, empezar entonces a vivir en la realidad: Por mucho que nos disguste, los asalariados medios no podemos irnos todos los años al Caribe, ni tener televisores de dos mil pavos, ni dos coches de alta gama con sus plazas de garaje que cuestan lo que hace 15 años un buen piso. Si no comprenden esto, olviden todo esto que les digo y sigan repitiendo las consignas que su sindicato o partido de cabecera les dictan. Al fin y al cabo, eso es lo que parece querer el personal: Volver a la absurda y suicida situación de hace unos pocos años.
No se engañen. La jornada de huelga convocada, en caso de triunfar, sólo servirá para debilitar aún más a este gobierno. ¿Ese es un objetivo? Quizá para quien en su cortedad de miras estén dispuestos a todo por quitar a Zetapeitor para poner a los suyos. Y dentro de unos años intercambiaremos los papeles y seguiremos clamando por los derechos de los trabajadores mientras gracias a todos los fundamentos del sistema con el que todos estamos superencantadosdelamuerte, desde la banca hasta los sindicatos pasando por los partidos políticos, seguiremos encadenados al remo con la única diferencia de que ya no remaremos sentados sino agachados y puestos en pompa, en una muestra del imparable progreso de nuestro Estado Social y de Derecho. Nada cambiará en lo sustancial. Al menos a mejor. Seguiremos siendo la carne de cañón.
¿Y si fracasa? Dicen algunos optimistas que podría suponer un golpe mortal para las grandes mafias sindicales. No. Servirá para que el Gobierno saque pecho ante sus amos internacionales y siga como hasta ahora, es decir, haciendo el imbécil. Pero los sindicatos lamerán bien a gusto sus heridas revolcados entre fajos de billetes robados a usted y a mí.
Así que si alguno de ustedes piensa montar una auténtica jornada de defensa de nuestros derechos, que pase por un asalto al Parlamento (a cualquiera de los 18) sin intención de hacer prisioneros, probar los sistemas antiincendio de cuanta oficina o sede bancaria quede cerca, y entretenerse cazando en el camino a cuanto piquete, delegado o cualquier rango de la mafia sindical se encuentre, que me avise que igual me apunto.
Pero para hacerle el juego a unos o a otros, perder un día de sueldo y cotización para que otros justifiquen que el resto de los días yo cotice para cebarlos… conmigo que no cuenten.
6 Comments
Vamos Gonzalo, por lo que deduzco (en mis cortas luces) tú piensas que hagamos lo que hagamos el dia 29 vamos a mear contra el viento.
El viejo refranero español dice «del mal, el menos». Quiero decir que yo actuaré buscando el menor perjuicio para mi bolsillo. En este caso yo iré a trabajar.
Otra cosa es qué haré si me encuentro con un piquete «informativo» de esos que hay en la democracia de paripé que tenemos.
Esperando estoy encontrarme algún golfo acompañado de otros treinta para «informarme» a las 8 de la mañana el 29 a la entrada de mi polígono.
Antes de cagarme en su puta madre (perdón, Gonzalo, sé que este es un espacio para gente de rancio abolengo), les preguntaré donde cojones estaban bebiendo mientras unos cuantos millones, y yo mismo, nos quedábamos en el paro el año pasado y el anterior.
Ante las palabras de «compañero…» volveré a decirles que compañero suyo será su puta madre (vuelvo a pedirte disculpas)
Y que nadie vea en mi actitud un apoyo a los golfos del Gobierno ni a los golfos de la oposición, sino una protesta contra esta casta de sindicalistas golfos y aprovechados
En fín, esa mañana, y sin que sirviese de precedente, a lo mejor sintonizaba a Jimenez Losantos, para que llegase al excitante encuentro con la vena del cuello hinchada, jejeje, pero creo que definitivamente, esto último si que me lo prohibe mi religión
EL problema, Juanubis, es que las partes en contienda el próximo 29 son, una y otra, culpables de la situación. Y no me apetece nada alinearme con ninguna.
Tanto tú como yo tenemos unas fechas de entrega de nuestro trabajo, y el cliente final tendrá su producto en fecha hagamos lo que hagamos el 29. Al único que le vamos a tocar las narices y crear problemas es a nuestro jefe directo, contra el que no tengo ninguna intención de ir a una huelga.
Desgraciadamente, en Estepaís nos demuestran día a día que por las buenas no se arregla nada. Puedes formar una plataforma, con servicio jurídico y tener todas las razones de tu parte, y te tomarán por el pito del sereno. Pero puedes pedir cosas inviables que te las darán si quemas los contenedores precisos o cortas los puentes adecuados. Mira ayer los de Astilleros.
Y que no, que el problema no son medidas parciales sino el sistema en su conjunto, y no hay que ponerle pequeños parches para que vaya tirando, sino derribarlo por completo.
Llámame utópico, no me importa. Lo prefiero a hipócrita.
Tienes que comprenderlos, Kikás. No podrían estar defendiendo tu puesto de trabajo porque en ese momento les pillarías contando los billetes que cobraron de lo que te quitaron antes.
El Sistema no tiene fallos, el fallo es el Sistema 😉
Mmmmmm… eso me suena, pitu…
😛
Ah, sí: ¡FACHA!
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