La culpa es de Orisson que me ha provocado. Escribe una entrada sobre la formación del juicio y cómo lo que debería ser una búsqueda de la verdad, a menudo se queda en la utilización acrítica del juicio emitido por otro sujeto al que por el motivo que sea se le atribuye legitimidad para decir cualquier cosa sobre cualquier asunto. Y el personal responde «amén» sin molestarse en reflexionar sobre si lo dicho es respaldable o una gilipollez.
El caso es que como decía, Orisson me (nos) provoca porque pide que se le comente al respecto. Y así lo he hecho. Le he comentado allí, por supuesto, pero dejo aquí copia de mi mensaje:
Lo primero que se me ocurre, además de convenir contigo, es que se trata de un reflejo -otro más- de los tiempos que vivimos.
Ya nadie hace nada, todo se compra hecho. Ya todo es «externalizado», en el palabro que nos han endosado para que parezca moderno y bueno lo que no es más que la conversión de la existencia humana en un paso concreto de un proceso perfectamente diseñado y estructurado.
Pues de la misma manera que ya no se cultiva, sino que se compra una producción. De la misma manera que no se programa, sino que se contratan servicios informáticos. De la misma manera que no se invierte el dinero para producir, sino que se contrata a quien lo maree en mercados especulativos para que milagrosamente se multiplique. De la misma manera que no se convive en familia, sino que se contratan servicios de empaquetamiento de niños llamados actividades extraescolares o guarderías. De la misma manera que no se crea nada nuevo sino que se reutiliza una y otra vez lo mismo cambiándole la etiqueta…
Pues eso, que ya nadie toma decisiones, sino que contrata asesores para que las tomen por él. Y a menor nivel, se nos venden los paquetes hechos. Existen paquetes para todo. Mejor dicho, existen paquetes sobre todo: Sobre economía, sobre justicia, sobre modelo de estado, sobre ecología… Y en lugar por tallas, se venden separados por etiquetas muy generales: Versión progresista, conservadora, liberal o mediopensionista. Uno elige la etiqueta que más le encaja, o que le han dicho que más le encaja, y ya tiene su opinión sobre cualquier asunto que en el mundo sea.
Por supuesto, aunque los directores de proyecto del paquete progresista y del paquete conservador son distintos, la empresa que los comercializa al final es la misma, por lo que al final importa un carajo que compremos uno u otro. Si rascas el barniz, la madera es la misma.
Los paquetes se van mejorando, dado que las primera versiones tenían fallos muy importantes que daban lugar a que el comprador no quedara satisfecho y optara por avanzar en la opinión por su cuenta y riesgo. Una vez detectado este problema, las versiones se van ampliando abarcando más y más mercado.
Además las versiones se interrelacionan entre ellas, de manera que si algún cliente no quedara totalmente satisfecho con la comprada, no necesite salirse del sistema por completo, sino que se le suministren parches derivados de otras versiones para que alcance la satisfacción.
Ahí queda eso. Para que vuelvas a provocar preguntando nuestra opinión.
P.D. Para el paquete «Palabra de Dios» los comerciales del asunto también comercializan versiones y, sobre todo, sub-versiones. Y utilice usted el guión como le plazca.
One Comment
Pero cómo se puede ser tan vago, macho… (Por cierto, que también yo casco comentarios a otros blogs como entradas del mío, y tan ancho, oye).
Gracias por la mención.
Un saludo
One Trackback/Pingback
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: La culpa es de Orisson que me ha provocado. Escribe una entrada sobre la formación del juicio y cómo lo que debería ser una búsqueda de la verdad, a menudo se queda en la utilización acrítica del juicio emitido por otro s…
Post a Comment