Se me juntan dos cosas en las teclas.
Por un lado, al Secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, desmarcándose de las agresiones en Murcia con una coletilla harto sorprendente: «Nunca está justificada una agresión, pero menos que nunca a un cargo público«. Bien, no diré yo aquí que sí lo esté -más que nada porque me pueden denunciar y cerrar el chiringuito- pero desde luego, entre tocarle la cara a un paisano que pasaba por ahí o a un cargo político, oigan… ¿hacemos una encuesta sobre las preferencias?
Por otro, un comentario de Museros en una entrada al respecto de Ignacio de la Galaxia:
«Tengamos en cuenta que esto será utilizado (está siendo utilizado) por los medios afines al PP para desacreditar a cualquier multitud furiosa que, con toda la razón del mundo, enarbole palos y antorchas. Algo muy importante, teniendo en cuenta el año que tendremos.
Los sindicalistas marisqueros cumplen doble función: en las regiones gobernadas por el PSOE, impiden cualquier rebelión. En las gobernadas por el PP, se ponen a la cabeza para desacreditarla.»
Inquietante conclusión, por lo verosímil.
El deje de acongoje de Iglesias al recalcar su carácter de intocable es un brillo de esperanza. Quizá ellos mismos vean que por fin es posible un gesto de honor y que los corramos a gorrazos hasta tirarlos al mar o siquiera al pilón. Entonces sí será, por fin, la fiesta de la democracia.
8 Comments
Gracias por la referencia
A Marcelino lo hemos sufrido en Aragón, ahora lo compartimos, muy gustosos, con todos vosotros… jajaja
Cuando lo sacas de su cortijo maño va perdido.
Un saludo.
Te iba a decir, Javier, que a ver qué cosas nos exportáis, leñe.
Pero claro que después de recordar rápidamente a Celia Villalobos, Carmen Calvo o Manolo Cabezabolo Chaves… pues igual nuestra exportación da todavía más grima…
Ignacio, un placer.
Po yo me acuerdo de agresiones a cargos públicos en nuestra santa democracia bananera. Por ejemplo, las que sufrían y sufren algunos cuando iban o van a un acto público (charla, conferencia, presentación de libro, etc.) en cualquier universidad de España. Por lo general, estas agresiones -hoy por hoy- las sufren los políticos que no son de izquierdas.
Pero ya se sabe, estos politiquillos tienen un tipo de amnesia muy particular.
Gonzalo, no te olvides de ese ínclito andaluz que votaba con los pies en el congreso, para poder llegar a más escaños de compañeros ausentes, y que día sí día tambien pontifica acerca de la decencia o indecencia
¿Gaspar Zarrias?
Un crack
Cuidado con lo que hablas de Zarrías, amigo… que en Andalucía eso puede significar que amanezcas con una cabeza de caballo en la cama…
O por lo menos no hace tanto así era.
Glups, perdón…
Y no me llames amigo no vayan a pensar mal de tí
(o de mí)
😉
Sobre la agresión no nos han dicho la verdad. Los que pegaron al consejero le llamaron sobrinísimo hijodeputa, el problema aquí no es crispación sino nepotismo.
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