Había oido algo, pero como no era un tema que yo siguiera mucho, no me había terminado de enterar. Ahora leo a Enrique García-Máiquez sobre el tema y veo que sí, que era lo que parecía, que la tropa está encantada porque la recién esposada con el heredero del heredero de la pérfida corona no iba a incluir el compromiso de «obedecer» a su flamante esposo en los votos matrimoniales.
Y a mí me parece estupendo. Que cambie el voto, digo, o lo que sea. Total, ni reconozco validez a una boda según el rito de los herejes anglos ni mucho menos me preocupa la vida marital o cornamental de esa familia. El caso es que la tropa está la mar de contenta porque no entendían que la esposa debiera obedecer al esposo.
El asunto me ha hecho recordar -en realidad nunca los he olvidado ni dejado de tener presente- los votos por mí adquiridos libre y voluntariamente: «Te tomo a ti como esposa, y prometo serte fiel, en las alegrías y en las penas, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida».
Anda, yo tampoco utilicé el verbo «obedecer» en la fórmula empleada. Pero, sinceramente, mis lectores varones y casados… aunque no lo dijéramos expresamente…¿verdad que se sobreentiende?
8 Comments
Si yo te contariera…o contariese
Dígaselo a mi futura esposa. 😀
Kikas, cuidado con lo que cuentas, que podrá ser utilizado en tu contra.
David, no hace falta decírselo… ellas tienen perfectamente claro ese sobreentendimiento…
🙂
¡¡¡Si no he contariedo nada!!!
¡Verdad!
Por si acaso, Kikas, por si acaso. ¡Y porque lo has pensado!
De la buena, Enrique.
¡Hombressssssssss! 😛
Llego muy tarde, pero es para decirte que tienes más razón que un santo.
One Trackback/Pingback
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Había oido algo, pero como no era un tema que yo siguiera mucho, no me había terminado de enterar. Ahora leo a Enrique García-Máiquez sobre el tema y veo que sí, que era lo que parecía, que la tropa está encantada porque…
Post a Comment