Un puñado de reflexiones que me surgen mientras cantamos Campeones, campeones, oe, oe, oe.
1.- La perspectiva: Los mayores celebramos el título, y centramos nuestros comentarios en aquellos negros presagios del «en cuartos a casa» y los años y años de sinsabores. Al lado, la chavalería celebra una vez más un título, algo que llevan celebrando desde que tienen recuerdos de fútbol. En mi memoria, la primera relación entre mis hijos y la selección es el llanto de mi hija mayor, que no llegaba al año, asustada por mi grito celebrando el gol de Alfonsito a ¡Yugoslavia! en la Eurocopa del año 2000, «grandísimo logro» que nos permitía pasar la fase de grupos. Pero ella no recuerda nada más allá de Austria y Suiza 2008, y ya entonces gritaba campeones, campeones. Para ellos lo natural es que España gane. Es lo que ha hecho «siempre». No saben qué es eso de «pasar de cuartos».
2.- Las banderas. Por un lado me sale la vena protestona que me inclina a gritarle a más de uno que dónde tenía la bandera de España cuando no había que celebrar triunfos futboleros. Pero me aguanto, y celebro que una bandera en un balcón no sea ya algo tan raro. Aunque sea por el fútbol. Ya me preguntarán a mí el 18 o el 25 de julio, o el 12 de octubre, que contra quién jugamos por ponerla yo esos días. Pero oiga… cójale el gusto y ondéela algún día que no haya fútbol. Verá como también funciona.
3.- Las otras banderas. Curioso ver cómo algunos recriminaban a Xavi y Piqué que sacaran una senyera catalana mientras nadie decía nada de la riojana de Llorente, la canaria de Pedrito… Al fin y al cabo, la senyera sí es una bandera histórica de España. Que sí, que el uso que se le de pueda ser reivindicativo y excluyente… o no. En todo caso, este andaluz con su 50% de sangre riojana sigue defendiendo antes la histórica bandera de las cuatro barras que los inventos de la verdiblanca o la cuatricolor.
4.- Los abuelos. Las cadenas se centraban desde anoche (ya de antes, pero sobre todo desde anoche) en buscar al abuelo de este jugador o a la tía de aquel otro. O buscaban hablar con tales amigos del pueblo de toda la vida del de más allá. Sé que hay quien ve un espectáculo carpetovetónico y casi chusco, pero a mí ver esa España profunda, esa gente sencilla que habla emocionados de sus nietos, sobrinos e hijos, esas plazas del pueblo donde algún lugareño te habla de su zagal… eso es lo que de verdad me hace sentir que esos millonarios en pantalón corto son «nuestra gente».
A todo esto… es que hemos ganado ¿no se habían enterado?
2 Comments
No me gusta el futbol. Hay cosas que me dejan frio, pero está bien ver a la gente alegre.
Ahora, sigo pensando que somos un pueblo muy paleto. A mí, que los himnos me dan un poco igual (Excepto el de Gales en Arms Park), ver como partido tras partido «nuestra» hinchada pita el himno rival me deja cariacontecido
Luego enfadémonos mucho cuando otros piten el nuestro… (Sí, esos otros tambien son muy paletos…)
No puedo estar más de acuerdo, sobre todo con el punto 3.
One Trackback/Pingback
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Un puñado de reflexiones que me surgen mientras cantamos Campeones, campeones, oe, oe, oe. 1.- La perspectiva: Los mayores celebramos el título, y centramos nuestros comentarios en aquellos negros presagios del “en cuartos …
Post a Comment