En febrero de 2007, el hoy Papa Emérito Benedicto XVI publicaba su exhortación apostólica post-sinodal Sacramentum Caritatis. En su punto 83 hacía referencia a un asunto que ya había apuntado en su «Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política» cuando era el Cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la doctrina de Fe cinco años antes. Este asunto era el de los compromisos que los bautizados con representación pública y política deben asumir con lo que el propio Papa llama PRINCIPIOS NO NEGOCIABLES:
Coherencia Eucarística
83. Es importante notar lo que los Padres sinodales han denominado coherencia eucarística, a la cual está llamada objetivamente nuestra vida. En efecto, el culto agradable a Dios nunca es un acto meramente privado, sin consecuencias en nuestras relaciones sociales: al contrario, exige el testimonio público de la propia fe. Obviamente, esto vale para todos los bautizados, pero tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas.[230] Estos valores no son negociables. Así pues, los políticos y los legisladores católicos, conscientes de su grave responsabilidad social, deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia, rectamente formada, para presentar y apoyar leyes inspiradas en los valores fundados en la naturaleza humana.[231] Esto tiene además una relación objetiva con la Eucaristía (cf. 1 Co 11,27-29). Los Obispos han de llamar constantemente la atención sobre estos valores. Ello es parte de su responsabilidad para con la grey que se les ha confiado.[232]
A partir de este llamamiento se puso en marcha un intento por plasmar esa petición en algo concreto, y meses después se publicó el que se llamó «Manifiesto de los Principios No Negociables», que llamaba sobre todo a los católicos, aunque no sólo a ellos, independientemente de sus opiniones políticas en otros temas, a comprometerse en la defensa de lo primordial, de lo no negociable. De ahí surgió también una iniciativa que buscaba aglutinar a todas las personas y partidos que se comprometieran con el manifiesto para presentar una alternativa que cumpliera con él. Abierta a todos, aunque pudieran tener diferencias en asuntos menores en comparación con éstos: «respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas». Valores FUNDAMENTALES y NO NEGOCIABLES.
Desgraciadamente NINGUNO de los grandes partidos acogió, siquiera en forma de corrientes internas, esta interpelación absolutamente clara y directa. Es más, tampoco los obispos cumplieron la clarísima indicación en ella contenida: «Los Obispos han de llamar constantemente la atención sobre estos valores. Ello es parte de su responsabilidad para con la grey que se les ha confiado.»
A partir de esta realidad indiscutible, como es que políticos de distintos partidos que se autodenominan católicos y gustan de hacerse notar en celebraciones religiosas SE NIEGAN a seguir las indicaciones DIRECTÍSIMAS del Papa, es fuera de las grandes fuerzas políticas donde sí hay católicos comprometidos con la actividad política que, sin dudas, sin complejos y sin necesidad de interpelación papal, aceptan ese compromiso, o mejor dicho, manifiestan mantener ese compromiso que ya tenían como católicos sin necesidad de que el Papa les recordara algo por otra parte tan evidente.
El próximo domingo, 25 de mayo, se celebran elecciones al Parlamento Europeo. Ninguno de los partidos que actualmente tienen representación pública, ni las marcas blancas que estos han creado, se comprometen con esos valores no negociables. PP, PSOE, IU, UPyD, CiU, PNV, BNG, Vox o C’s aceptan el aborto, la equiparación de otras uniones a la familia natural, la intervención del estado en la educación de nuestros hijos y en repetidas veces han demostrado (aquellos que tienen o han tenido responsabilidad pública) que no defienden el bien común sino intereses particulares. Por tanto al desoír no ya esos partidos sino sus representantes autodenominados católicos las más principales guías básicas de acción política que no sólo se extraen del Catecismo Católico, sino que son explícitamente indicadas por el Papa, es evidente que para un católico no son opciones moralmente aceptables. Incluso aunque nuestros obispos desobedezcan al Papa dejando de «llamar constantemente la atención sobre ello». Decía que el Manifiesto de los Principios no Negociables no era sólo un papel escrito sino el llamamiento a personas y organizaciones a comprometerse en la defensa de los mismos. Durante años, se ha trabajado en torno a ello abandonando otro tipo de planteamientos para centrarse en lo verdaderamente importante. De ahí surgió el acuerdo entre tres partidos como AES, CTC y PFyV que han puesto por delante del resto de sus planteamientos la defensa incuestionable de la VIDA HUMANA, desde su concepción a su muerte natural, sin excusas, sin supuestos, sin plazos y sin complejos; la defensa de la FAMILIA NATURAL, esto es, la formada por un hombre, una mujer y sus hijos si los tuviesen, y ninguna otra combinación por mucho que presione o mucho dinero que mueva; la defensa de la LIBERTAD DE LOS PADRES A EDUCAR A SUS HIJOS en los valores que ellos, y sólo ellos, elijan sin ningún tipo de imposición ni desviación; y la defensa de la búsqueda del BIEN COMÚN por encima de otros intereses, que lleve a la JUSTICIA SOCIAL que por definición es distributiva.
Esta coalición se llama Impulso Social y se presenta a las próximas elecciones del 25 de mayo. Y lo hace sabiendo que lo que defiende es fundamental e innegociable, y que lo seguirá siendo así obtenga millones de votos o unas pocas docenas. Y no sacrificará esos principios, esas convicciones, a la posibilidad de tener un puñado de papeletas más. Aquí tenéis su programa: http://impulso-social.es/programa
El próximo 25 de mayo votad lo que queráis. O no votéis. Pero por favor, si tenéis un mínimo de respeto a lo que un Papa de la Iglesia Católica pone negro sobre blanco en una Exortación Apostólica poned en la balanza lo que ahí se indica como fundamental e innegociable y si eso puede cambiarse por opciones inmorales porque hay cosas (la macroeconomía, la administración autonómica o la regulación de los aranceles) que os importan más. Vosotros mismos.
Yo lo tengo claro:
One Comment
No veo dónde BXVI dice q el Estado no puede hacerse cargo de la enseñanza de los niños. Repito,ENSEÑANZA q no educación. Me parece, como sabes, q os pasáis de vueltas y decís q el Papa dijo lo q no dijo. Y eso os convierte en un partido al uso.
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