Durante el fin de semana, la prensa sigue trayendo ecos de los efectos del tijeretazo. Hay dos que me llaman la atención, porque reflejan la equivocación del enfoque. Tras el anuncio de la Junta de Andalucía de que recortará el sueldo a sus cientos de miles (que se dice pronto) de empleados públicos, se anuncia por parte de las representaciones sindicales de dos colectivos su adhesión a la huelga del sector público convocada para el próximo día 8 de junio.
Por un lado, los profesores de la escuela concertada ya saben que a ellos también se les recortará el sueldo, y se suman al jolgorio. Por otro, el comité de empresa de Canal Sur anuncia que la cadena «irá a negro» en la jornada de huelga, y además dicen que lo hacen «porque el recorte amenaza el servicio público». Con dos huevos, y sin ponerse colorados.
Vamos a ver. Las cuentas públicas necesitan un recorte drástico y brutal. Pero sobre todo necesita racionalidad y valor. Ni una cosa ni la otra están ni se le esperan entre las condiciones de los encargados de hacer el recorte. La Junta de Andalucía -y extiéndase el argumento a toda la Administración del Estado, a nivel central, autonómico, provincial, local o lo que sea- no es que necesite bajar el sueldo a 350.000 empleados. Lo que necesita y lo necesita YA es no tener 350.000 empleados. Es un escándalo que un colectivo tan fundamental para la sociedad como los maestros reciban el mismo trato que una casta de amigotes colocados y de comisarios políticos que forman una irracional cadena de televisión cuyo único servicio a la sociedad andaluza es la de dilapidar uno tras otro cientos de millones de euros.
Es un escándalo que a técnicos de gran profesionalidad y eficacia que desarrollan su trabajo en la Administración del Estado se les reduzca el sueldo sencillamente para poder mantener en su puesto a cientos de miles de burócratas que acceden a la teta de la administración porque por ley tienen que crearse puestos de empleo público destinados única y exclusivamente a mantener un tejido mafioso de compra de voluntades y de aborregamiento de una casta infame -esa que sí merece todo el desprecio que encierran los típicos chistes de funcionarios- que jamás morderá la mano no ya que le alimenta, sino que le ceba.
Desgraciadamente, me temo que no veremos venir a un representante público con los bemoles suficientes de decir «señores, este desmadre se ha acabado. Vamos a cerrar todos los canales de televisión autonómicos y vamos a evaluar qué funcionarios son los que realmente hacen falta. Maestros, médicos, policías, etc. tienen su trabajo y su sueldo asegurado. De los cientos de miles de burócratas, veremos cuántos (una décima parte, posiblemente) hacen falta. El resto serán despedidos de aquí a 3 años. Hasta entonces gozarán de una reducción de jornada y sueldo del 50%». Lo del sueldo sería nuevo. Lo de la jornada ya se lo aplican ellos por su cuenta.
– «Eso, y a los políticos bajarles el sueldo». Pues no. Lo de los políticos es exactamente igual. Un presidente de gobierno tiene que cobrar lo que tenga que cobrar. Y sinceramente no me parece que haya que recortar el sueldo fijado para el del Gobierno de España. Otra cosa es que el beneficiario actual de ese sueldo no me parezca capacitado para ejercer el cargo. Pero esa es otra. Lo que hay que hacer con la política es lo mismo: ¿Cuántos sobran? ¿El 90%? Pues a la puñetera calle.
Para esto, lo primero que hay que hacer es desmantelar, mejor ya que dentro de un rato, el Estado de las Autonomías.
Cualquier otro recorte, como el planteado por Zetapeitor, son maquillajes inútiles y tonterías. No hagan caso a ninguno que no coja el toro por los cuernos. Y para convencer a la chusma gobernante, démosles un empujoncito: De momento, todo impuesto que pueda dejar de pagarse, que no se pague. Ni un trabajo con IVA. Ni una sanción pagada por las buenas.
Impuestos para sostener un Estado Social, los que hagan falta. Para mantenerles la orgía a los del chiringuito, por mi parte, los mínimos posibles. Ni de circulación de vehículos, ni IVA en tal o cual factura, ni nada parecido.
¿Hacen falta recortes? Pues tomad recortes.
One Comment
La música es buena, pero el chiringuito está montado como está montado, y entre bomberos no se pisan la manguera.
Efectivamente, nadie vendrá a cargarse los pesebres, que todos tienen el suyo
Y los outsiders duran media legislatura, hasta que los que se han quedado en la puerta ven lo que pasa dentro, por ejemplo, «ciutadans», que ya están todos a la gresca.
O sea, que como desahogo personal no lo veo mal, pero de las revoluciones he leido acerca de la de Asturias, y no acabó bien 😉
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