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Ande, ande, ande

Salió del cole a su hora, pero algo era distinto. Estaba enfurruñado, como si algo le hubiera pasado. Su madre no dejó pasar ese gesto e imaginando de qué se trataba, le preguntó cariñosamente:
– ¿Qué te pasa, hijo? ¿Te has peleado en el cole?
El pequeño contestó, como ellos hacen siempre, sin rodeos ni diplomacias. Y un puñado de mal genio.
– A casa de Luis va Papá Noel y los Reyes Magos, y tiene regalos dos veces. Y a la de muchos niños más.
La madre le miraba cariñosamente mientras de los vivos y pequeños ojos del niño brotaban dos lagrimones que arrastraban los churretes de sus mejillas.
– Mira, hijo, vámonos a casa que ya estamos de vacaciones, y por el camino te contaré algo.
Madre e hijo se despidieron de otras madres y otros hijos hasta el final de las vacaciones. Y emprendieron camino a casa.
– ¿Tú sabes cuando llega Papá Noel a casa de tus amigos?
– Sí, en Nochebuena. Y pueden pasarse la Navidad jugando.
– Eso es. En Nochebuena. ¿Y tú te acuerdas de lo que hacemos siempre en Nochebuena?
– Vienen los abuelos, o vamos nosotros a su casa, y los tíos, y los primos…
– Muy bien. ¿Y luego?
– Cenamos, y vamos a la misa esa de la noche que hace tanto frío y que el año pasado me quedé dormido…
– ¿Y por qué nos reunimos y qué celebramos y para qué vamos a misa?
– Porque es Nochebuena.
– Sí, pero ¿porqué es Nochebuena, qué se celebra?
– Que nace el Niño Jesús.
– Eso es. Muy bien. ¿Y para qué nació el Niño Jesús en Nochebuena?
– ¿Para salvarnos?
La madre miró orgullosa a los ojos de su hijo, que a todo le contestaba correctamente. Se agachó hasta ponerse justo frente a ellos y le preguntó:
– ¿A tí te gustaría haber nacido para salvar a un amigo tuyo, y que ese amigo, en cada cumpleaños tuyo, no quisiera ir a tu fiesta sino que su única preocupación fuera que le regalaran cosas para quedarse en su casa jugando? ¿O preferirías que celebrara tu cumple cantando contigo?
El niño abrió la boca para contestar… pero no le salía nada. La madre sonrió y le dió un beso en la frente. Y cogidos de la mano, siguieron el camino a casa. Al llegar a la primera esquina, ya sonreía de oreja a oreja mientras preguntaba:
– ¿Y a Jesús le gusta que en su cumple los primos cantemos villancicos al lado del portal y hagamos mucho ruido con las panderetas?
– Le encanta, hijo. Seguro que le encanta.

2 Comments

  1. jaime salado wrote:

    Un saludo y Feliz Navidad para toda la familia.
    Me han dicho que el día del Belén viviente estuvisteis en Arcos, yo estaba por la Iglesia, no se si visteis el nacimiento que hemos puesto, que es precioso.
    Si no, ya teneis un motivo para volver el año que viene…
    Saludos y a seguir escribiendo, que me gusta lo que dices.

    viernes, diciembre 26, 2008 at 19:47 | Permalink
  2. Gonzalo wrote:

    Hola Jaime, me alegro de leerte y encantado de que te guste.

    Efectivamente estuvimos en Arcos en el Belén, que nos encantó aunque para las niñas, o al menos para la pequeña, fue un poco paliza. Y mi mujer con la barriga de 4 meses también iba un poco a lengua fuera…

    Nos pasamos por San Pedro y te busqué, pero no te encontré. Además había mucha gente. A cambio mi hija mayor perdió la bufanda con el consiguiente disgusto de su madre que se la había hecho, cosas que pasan. El nacimiento era muy bonito aunque mis hijas no podían dejar de mirar las «momias» de los lados muy asombradas.

    Encantado de leerte. Saludos.

    domingo, diciembre 28, 2008 at 13:33 | Permalink

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