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Consumir productos nacionales

20 años no es nada… pero en ellos las posiciones pueden girar 180 grados.

Me explico: Ayer salió el Ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, diciendo que sería conveniente para superar la crisis que consumiéramos más productos españoles. Y una de mis primeras reacciones fue preguntarle a mi mujer por cuánto hace que me oye a mí decir eso mismo. Su respuesta: “Desde que te conozco”.

Bueno, pues vale, coincido con el Ministro Sebastián, no pasa nada.

Pero sí. Sí pasa. Pasa porque recuerdo perfectamente mi posición al respecto desde hace más de veinte años, pero también recuerdo muchas, muchas charlas y discusiones que he tenido sobre ese tema. Y precisamente por eso me choca todo. Porque hace más de dos décadas yo discutía con socialistas proponiendo el comprar nacional para ayudar a la economía española y ellos me tachaban de facha, nacionalista, trasnochado y todas esas cosas con que los sectarios siempre etiquetan a quien no repite lo que ellos dicen. Y, por ejemplo, SEAT dejaba de ser española mientras el gobierno socialista pagaba millones y millones por coches oficiales importados y de la situación económica española nos hablaban gobernantes con traje italiano y corbata francesa.

Y es más curioso todavía. Entre la gente entonces de AP, hoy peperos, había de todo, pero eran bastante más cercanas a esta postura concreta que yo defendía. En cambio, desde ayer no escucho a ninguno asentir a lo dicho por Sebastián y todos, al unísono, declaran que la petición del Ministro es una tontería que no sirve para nada y la ponían poco menos que de peligrosa y casi delictiva.

Evidentemente lo propuesto por Sebastián no es la solución a la crisis, y más cuando productos españoles ya quedan dos y medio. Pero también es evidente que el orientar las preferencias de nuestro consumo hacia los productos nacionales ayuda más a la economía española que el comprar producción extranjera. Evidentemente se puede tener una opinión u otra. Pero no se puede pedir respeto a las opiniones de uno cuando ese uno las cambia según de dónde venga la propuesta.

Añado: Que no se me pase un palo al ministro: Entre los ejemplos ilustrativos recomendó que en lugar de esquiar en los Alpes, lo hagamos en Sierra Nevada. Hombre, Sr. Ministro… Así como para irnos de fin de semana a esquiar a los Alpes igual no estamos los españolitos medios… ¿no? Baje usted de la moqueta y el cochazo oficial y pise usted un poquito la tierra…

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