Retomando el hilo, y después de leer la entrevista, al lío:
¿Nos quedan alternativas a entregar a los niños a las guarderías? ¿Es absolutamente necesaria esa opción? Desgraciadamente en algunos casos, y a la vista de la mísera cobertura social que la familia tiene en España, se hace difícil renunciar a uno de los sueldos. La baja maternal es muy corta, y las acertadas pero pequeñas medidas adoptadas por el gobierno zetapista -15 días de permiso paternal y paga de 2.500 euros-, aunque son dignas de reconocerse, no cambian sustancialmente la situación. Aunque desde luego ayuda mucho más que aquel impresentable insulto de la desgravación de 100 euros mensuales que Aznar presentó como «ayuda a la familia» y que no era sino una fórmula para incentivar la vuelta de las madres al mercado laboral, a producir y cotizar, lejos del bebé, que es lo que al pájaro le interesaba. Más madera, es la guerra. Más dinero, es el capitalismo.
Mejoras sociales. Seguramente todos estaremos dispuestos a reivindicarlas. También a lamentar la situación de tantas parejas jóvenes que sudan tinta china para poner en marcha una familia enfrentándose a unos precios de la vivienda que les hacen firmar hipotecas que suponen una condena.
Pero personalmente me gustaría dar un paso más: Desde el respeto y comprensión absoluta a esas familias que se ven obligados a mandar a bebés muy pequeños a la guardería, ¿cuántas otras tendrían la oportunidad de pararse a elegir y podrían tomar otras decisiones, pero prefieren dejarse llevar por la corriente?
Dicho de otro modo: ¿Cuántas familias podrían vivir perfectamente con uno de los dos sueldos que ingresan? Pues depende… de lo que entendamos por ese «perfectamente».
¿Se vive perfectamente sin poder ir a un hotel todo incluido de vacaciones? ¿Se vive perfectamente con menos lujos en casa? ¿Se vive perfectamente limitando las salidas «a tomar algo» al mínimo? ¿Se vive perfectamente estirando los coches durante 10 ó 15 años en lugar de cambiarlos cada 2 por el nuevo modelo, más potente y con más extras? ¿Se vive perfectamente ignorando modas y marcas y cuidando para que las ropas, los zapatos, los juguetes y tantas otras cosas pasen de unos hermanos a otros?
Más allá: ¿Se vive perfectamente sin el reconocimiento social de una carrera profesional, aunque en realidad llevemos adelante las funciones y trabajos de 5, 6 ó 7 profesionales (puericultor/a, psicólogo/a, profesor/a de infantil y/o primaria, cocinero/a, enfermero/a, chófer…)?
Esas preguntas son muy personales. Y cada uno debería darle respuesta. No soy quien -ni lo pretendo- para decir lo que otros deberían contestar. Yo personalmente, y por experiencia, lo tengo claro. El que un bebé siga despertando en el pecho de su madre más allá de las 16 semanas, vale más que tener el coche más moderno. El que los niños tengan unas vacaciones de verano sin horarios impuestos durante ellas, ni ritmos agobiantes que no les corresponden, vale infinitamente más que esas magníficas vacaciones a mesa puesta en ese pedazo de hotel de playa. El que un niño malito se quede en casa bien atendido en lugar de mandarlo al cole con el antitérmico puesto o el que suponga una carga, vale mil millones de cenas fuera.
Lo reconozco, soy un afortunado. He podido comparar y ser capaz -de momento- de tirar p’alante. Otros no tienen la opción. Mi máximo respeto y consideración para ellos. Y para esos padres que estiran sus jornadas laborales, apurando hasta el último céntimo que les permita llegar a fin de mes, y deseando que ese día dure media hora más para poder bañar, acunar, dar de cenar a sus hijos, sin conseguirlo la mayoría de los días.
Y por supuesto acepto, aunque no comprendo, a aquellos que digan que un carajo para tanta dedicación y sacrificio, que con un pastón entrando cada mes en la cuenta corriente se vive de puta madre y que los hijos -únicos, muchas veces- tienen su consola, su tele en su cuarto, su moto o su lo que sea y con eso son la repera de felices.
Pero ¿saben a los que no puedo soportar? A esos que te miran con ojos de cordero degollado, y te exponen que qué más quisieran, pero que, como está la vida, ahora no se puede, eso antes, pero qué vá, tronco, no nos lo podríamos permitir… Y te los ves manejando una pasta descomunal, ganando cada uno de ellos, por separado, el cuádruple que tú, y teniendo a los niños en unas habitaciones absolutamente palaciegas, con todo lo que materialmente pueden soñar… y con una canguro de confianza que cargue con ellos mientras ellos se pegan una vida cojonuda de la que sólo despertarán, Dios no lo quiera, cuando un día se sienten y se pregunten… ¿y a mí éste niño por qué me habrá salido así, con todo lo que yo le he dado?
Como decían en el blog del enlace: «El Sistema está encantado porque tiene a los padres produciendo, con horarios irracionales y absurdos en España, y a los bebés les roba los cuidados elementales que necesitan de presencia física, el alimento propio de su especie y el amor constante de su madre o un adulto mínimo, y los va moldeando a conveniencia.»
El que buenamente pueda, al menos, que valore seriamente el ponerle alguna dificultad a tan demoledor enemigo.
6 Comments
Comparto al 100% todas y cada una de tus palabras.
Soy padre de 4 hijos, el 5º está en camino. Llevo casi toda mi vida profesional en el mundo de la consultoría de sistemas de información y estoy en paro desde el 1 de Octubre. Mi mujer no trabaja … decidió, desde que dió a luz al primero, dedicar su vida al cuidado de los enanos. Tengo que dar muchísimas gracias a Dios por ello, y tengo que decir que mi carrera profesional no me preocupa en absoluto, porque mi proyecto «10» ya está en marcha.
En el pasado cometí el error de robarle a mis hijos un tiempo que ahora sé que era precioso. Pido a Dios que me ayude a no volver a cometer nunca más ese error.
Un abrazo, y perdón por este strip-tease emocional, pero no es fácil encontrar gente que vea estas cosas como yo.
Iba a contestarte, Gonzalo, pero me sale no un comentario, ni siquiera un artículo, sino un libro.
Discúlpame que no tengo mucho tiempo. Pero no puedo pasar sin decirte dos cosas:
1. Tu diario destila hombría de bien, pero las últimas entradas son como para enmarcarlas.
2. Que te deseo un magnífico año 2010.
Vamos a ponernos politicamente incorrectos, Gonzalo. Veo que la Navidad te ablanda las meninges y no azuzas contra todo y contra todos…no sé si me gusta 😉
Pero es cierto que nos han engañado. Bueno, aprovechando que solo te leo yo, y, hasta que en la Junta de Andalucia me aprueben la operación de cambio de sexo gratis total, soy hombre o eso creo, realmente, a quienes les han engañado es a ellas.
Porque mi padre, médico de pueblo, que en alguno en los años 60 le pagaban con piezas de caza y gavillas de cereal porque no había dinero para medicos crió con su sueldo (Que no se queja, pero en España un médico de la Seguridad Social no gana como en el Mount Sinai de Nueva York) a tres hijos. A todos nos pagó una carrera. A mí estudiando fuera. Pudo comprarse alguna propiedad y yo no me recuerdo pasando hambre. Sí que recuerdo que teníamos el libro que pidiésemos pero pocos caprichos más. Para eso no había nunca un problema, igual que yo hago con mis hijos, pueda, o no pueda.
Y mi madre por supuesto, siendo el referente familiar, el espejo donde mirarnos. Ni mejor ni peor que otro modelo de familias, pero daba seguridad a los niños. Y teníamos unos amigos médicos, que habían sido niños de la guerra en Rusia y cuando nos contaban lo de los pisos en Moscú de 20 metros cuadrados nos hacía mucha gracia.
Hoy en día, efectivamente, han de trabajar dos personas para pagar una mierda de 20 metros cuadrados. La educación, o la comodidad de mucho jeta, hace que esas super profesionales luego tengan que cargar con el mocho en casa, despues de pagar la mitad de un sueldo a una chica para que haga de madre de nuestros hijos, con mayor o menor fortuna. Y las progres en la Tele hablando de las conquistas sociales de la mujer. Pues me descojono.
Y no creo que vivamos mucho mejor que antes, ni tampoco demasiado cómodos (Escrir esto desde Madrid cuando me he criado en Vitoria es absolutamente fácil de comprobar)
Porque el mundo lo manejan 4 y su método es tenerte siempre en el límite para que no se desmande el rebaño. ¿Qué bajan los pisos? Subimos los intereses. ¿Qué trabajan dos en vez de uo? Subimos los precios, no hay que ir a Harvard, desde luego.
Todo bien aderezado con grandes dosis de consumismo para que la rueda no se pare y podamos consumir cada dia mas, ganar cada dia mas y vivir cada dia peor (Casi todos menos los que nos manejan)
Y no sé si el que estoy espeso hoy soy yo, porque creo que me estoy saliendo del tema y solo acabo de empezar a razonar…o sea que lo dejaré para otra entrada
Feliz Año
Muchas gracias a los tres… y especialmente a Kikas, porque está abriendo el camino por el que yo quería ir. Y por darse cuenta de que azuzo menos, pero es lo que tiene estar de vacaciones… que es cuando no tienes un rato para meditar fríamente y ordenar ideas… Fijaos en la hora de publicación de la entrada para entenderme.
Bueno, Seneka, desde la posición de un Ex-parado,Es desde hace dos meses, ánimo, y siempre pensar en positivo que eso lo trasladas al exterior. A mí no sé si me ayudó Dios ni a perder ni a encontrar trabajo pero, a encontrarlo sé que me ayudé mucho yo mismo. Cuatro mesecitos de trasladar al exterior tranquilidad y entusiasmo. Si de algo te puede ayudar esta reflexión tómala tan gratis como mi operación de cambio de sexo 😉
Gonzalo, me abruma que me distingas entre tan selecto grupo, que lo de las meninges era broma, hombre, a ver si nos vamos a poner ahora pastelones
Gracias, Kikas, por el consejo. Creo que, efectivamente, en eso que me comentas está el meollo del asunto.
Por lo demás, me parece que a Gonzalo en este artículo se le puede leer entre líneas casi tanto como en la literalidad del mensaje. Sólo una observación de mi cuenta: esta forma de vida que estamos criticando la hemos «comprado» nosotros mismos, que no se nos olvide.
Un abrazo a todos y ¡feliz 2010!.
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