Y al final es lo que hace que nos cabreemos. Porque miren… yo ya directamente, más que mosquearme, me acabo hartando de reír cuando me encuentro cosas como que el Ayuntamiento de Sevilla quiere gastar 238.000 euros en revisar sus propios textos oficiales para eliminar el «lenguaje sexista». O sencillamente me cisco en las progenitoras de la chusma, pero con buen humor, cuando dicen que la Junta de Andalucía pagará medio millón de leuros en renovar los móviles de todos los diputados, animalitos, que las blackberry que tienen por la patilla son de 2008 y algunos «las tienen hechas polvo».
Cosas como esta, decía, a fuerza de ser habituales, desarman nuestro natural y encomiable impulso de meter fuego al parlamento o al consistorio con toda esta panda de vividores hijos de puta dentro. Y sencillamente hacemos comentarios despectivos de café, pero al final sonreímos. Incluso el grueso del rebaño sigue votando y por tanto manteniendo el chiringuito. Ellos lo saben, y no bajan el pistón, y así, a fuerza de acostumbrarnos a convivir con su estiércol, nos amansan y desactivan cualquier asomo de rebeldía.
Pero a veces tenemos con qué comparar, y ya directamente toca los pelendengues. En el mismo periódico en que esta mañana leía cosas como las referidas, incluso compartiendo página con ellas, contaban que la Junta de Andalucía «no tiene dinero» para construir un colegio público en el pueblo sevillano de Alanís.
Total, si están en un edificio de 500 años, separando las aulas con paneles de madera, oyendo unos cursos a otros y teniendo por patio la cochera por la que igual corre un niño detrás de una pelota que entra la furgoneta de mantenimiento… No me digan ustedes que vamos a perder el tiempo en buscar perras pa esas cosas, pudiendo tener móviles nuevos y buscando si en algún papel oficial se nos ha escapado la palabra «hijos de puta» en lugar del correcto «hijas e hijos de puta o puto». O «gilipollas» sin su «gilipollos».
Qué asco. O asca. Esto es lo que hay. Y según dicen, es delito meter fuego a los parlamentos cuando hay pleno. Lástima. Esa ley sí que hay que reformarla. Pero ya.
6 Comments
Puestos a elegir reformas, yo prefiero la despenalización de la interrupción accidental de la vida de los servidores públicos.
Yo también comparto la despenalización de la IAV (que queda mú bien, como hacen ellos) de los políticos ;o)
Servidores públicos, en algunas culturas se asimilan a funcionarios. (Civil servants)
No sé si os refería a otra cosa
Lo digo por el lenguaje politicamente correcto, que ahora nos van a corregir
La apostilla de Pitufa muy adecuada. Primero porque mola, y segundo porque me refería a los políticos. A ver si algún funcionata se me ha puesto morrilargo.
Parece que Kikás y Séneka manejáis bien la telepatía.
(Nota para terceros: Los comentarios han sido aprobados a la vez, Séneka no había leído el de Kikás al escribir el suyo)
Es que así se las ponian a Felipe Gonzalez, perdon, segundo, que yo tambien debo de ser de la LOGSE
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[…] unida por 6. Arreglado. 106 sueldos inútiles que nos ahorramos, además de dietas, gastos, telefonitos ultramodernos, y los muchos rollos de papel higiénico que esta panda tiene que gastar de tanto que la […]
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