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Elena y Nicoletta

Elena ha dado a luz a una niña, a la que han llamado Nicoletta. Elena es gitana y rumana, y llegó a España embarazada hace apenas unas semanas, según su madre, buscando el cheque bebé y otros beneficios de los que había tenido noticia. El padre de Nicoletta no ha venido, porque según Olimpia, la madre de Elena y abuela de Nicoletta «ya no están juntos, se han separado».

Seguro que la noticia les ha llegado. Lo que pasa es que ninguno de los datos citados hasta ahora les han llamado la atención. Pero sí caerán si les digo que Elena tiene 10 años y el padre de la criatura, 13. Ahora ya les suena más el asunto ¿Verdad?

Evidentemente a mí me produce un escalofrío doble. Primero, por la noticia en sí. Segundo, por la aterradora perspectiva que me otorga el tener una hija también de diez años. Pero partiendo del estupor que me causa la noticia, no puedo entender algunas reacciones que leo y oigo.

Porque, vamos a ver si nos aclaramos. Dice Olimpia, la abuela, que ella está contentísima y que su niña no es demasiado joven, que en su comunidad el ser madre a esas edades es normal. Y digo yo: ¿acaso no nos habían contado que entre las culturas y civilizaciones no había superiores ni inferiores y que todas eran igual de respetables? ¿Con qué autoridad esa gente podrá tachar, como yo hago, semejante cultura de salvaje? ¿Puede, en coherencia, pedir a esa comunidad que abandone sus hábitos tribales?

Por otra parte, ¿cuál es el problema real? ¿Que Elena haya sido madre a los 10 años… o que Nicoletta haya llegado a nacer? Porque para mí el problema, lo aberrante, es que unos niños se hayan encamado. Pero tirando de manual oficial, y entendiendo que ambos -y sus familias, lo cual me parece mucho más aberrante- estaban encantados de hacerlo, según los papelajos que quieren hacerle llegar a mi hija, que tiene la misma edad que Elena, y que  pagamos entre todos, eso no solo no es aberrante sino que es algo a lo que animan insistentemente… siembre que Nicoletta no llegue a nacer, claro.

Me parece de cajón que alguien que anima fervientemente a niños de 10 años a encamarse, y además a combinar todas las posibilidades de encame al alcance de la mano -o de lo que no es la mano- lo que no puede es asombrarse porque alguna niña salga del encame embarazada.

Dice la Junta de Andalucía que tiene que estudiar si las niñas -madre e hija- pueden seguir viviendo con el resto de la familia. El problema es que la Junta se plantea tal cosa sencillamente porque Nicoletta ha nacido. Si toda la historia hubiera sido exactamente igual, menos en el nacimiento de la pequeña (de la MÁS pequeña), todo hubiera sido conforme al modelo propuesto a los niños andaluces. Así que no sé de qué se extrañan ahora.

Una vez más, y tomando prestada la frase de Vázquez de Mella «ponen tronos a las causas y cadalsos a las consecuencias».

One Trackback/Pingback

  1. Bitacoras.com on miércoles, noviembre 3, 2010 at 16:11

    Información Bitacoras.com…

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