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Conversaciones pendientes

Sabemos que hay miles de blogs abandonados, vagando por el ciberespacio como basura espacial. O ciberespacial. Gente que creó la cuenta, escribió unas entradas y no le encontró la gracia, y allí quedó para siempre su incipiente blog. Como no tuvo lectores, por pura falta de tiempo, tampoco tiene quien le eche en falta.

Pero… ¿Cuántos de nosotros seguimos habitualmente, o con cierta frecuencia, lo que un desconocido nos cuenta de tanto en tanto?¿A cuántos de ellos hemos vuelto ocasionalmente y lo hemos encontrado ni polvoriento ni en ruinas, pero sí evidentemente abandonado, luciendo en su primera entrada disponible una fecha ya olvidada? ¿Qué hay detrás de esos abandonos? ¿Cuántos sintieron que les aburría seguir escribiendo y se fueron sin decir nada? ¿A cuántos les faltó el tiempo para atender todo lo que querían y tuvieron que marcar prioridades? ¿Cuántas malas cabezas olvidaron los datos de acceso y acabaron abriendo otra cuenta a la que no llegaremos nunca? ¿Cuántos de ellos enfermaron? Y llegando a lo que me he encontrado ante mis ojos… ¿Cuántos murieron? ¿Qué pasa con el blog de un difunto?¿A cuántos esperaremos en vano durante semanas o meses, maldiciendo que no haya vuelto a contarnos el final de aquella historia que tanto nos intrigaba? ¿Qué pensamos del que se despidió de manera extraña y nos dejó con la mosca tras la oreja?

Pensando en todas estas cosas estaba -tan macabro como suelo, que me dirá alguno-, concluyendo en lo falsa, en lo frágil que es una de estas «amistades» internautas.

Y me vinieron a la cabeza tantas caras con las que a diario jugué, trabajé o sencillamente me crucé. Y cómo muchas de ellas se quedaron en un recuerdo un buen día, cuando una amistad que se presuponía que duraría por los años y años llegó a un «hasta mañana, a la misa hora en la plaza» o en un «Venga, buen verano y en septiembre nos vemos» sin que jamás concluyeran los juegos, los trabajos o las conversaciones pendientes.

Aquellas amistades no eran falsas. Pero se rompieron. De repente. Sin avisos. Y en muchos casos ni siquiera fuimos conscientes de la ruptura, del adiós, hasta tiempo después, cuando un buen día, después de varios de ausencia, empiezas a preguntarte sobre el porqué de la tardanza. Otro día empiezas a comprender que no volverás a verle. Y otro, un poco más allá, tu rutina no guarda ningún recuerdo de aquello.

El año que viene mi hija mayor probablemente se despedirá de quienes han sido sus compañeros durante 8 años. Y habrá lágrimas, y abrazos, y promesas de llamadas y visitas continuas. Y los padres asistiremos a la escena, compungidos, abrazando a las llorosas crías, consolando, y mintiendo a sabiendas, repitiendo una y otra vez «pero si vais a seguir siendo amigas y viéndoos…» Y el tiempo pasará, y las llamadas se espaciarán, y no habrá tiempo para aquellas quedadas o visitas. Y la rutina perderá el recuerdo de aquellas lágrimas y aquellas promesas.

Y descubrirán la vida. La puerca vida. Y un día se pararán, harán memoria y pensarán «¿Qué fue de…? ¿A qué se dedicará…? ¿Donde andará…?»

Quizá eso era antes. En nuestros tiempos. Hoy, manteniendo su dirección de correo electrónico, o de Skype, o de Messenger… seguirá el contacto. ¿O no? ¿O quizá, un día, dentro de varios años, se preguntarán porqué aquella dirección que tienen guardada «de toda la vida» no ha vuelto a enviar la enésima cadena de «envíalo a todos tus conocidos o…»? ¿O llegarán un día, simplemente, a preguntarse porqué no actualiza su blog?

En ese caso, sinceramente, prefiero el recuerdo de una cara diciendo adiós, girando una esquina, y ¿desapareciendo? No. Más bien quedando grabada, con esa sonrisa, para siempre.

2 Comments

  1. Ignacio wrote:

    Hace unos cinco años, salió una web en la cual ponías tus contactos, y si en X tiempo no ibas a la web y fichabas, enviaba un aviso a tus contactos de que habías muerto.
    No te digo el resultado de la prueba.

    jueves, noviembre 4, 2010 at 16:48 | Permalink
  2. Javier wrote:

    En la vida real todo es más sincero,más duro y más feliz (a la vez).
    Vida real versus vida virtual

    jueves, noviembre 4, 2010 at 19:51 | Permalink

2 Trackbacks/Pingbacks

  1. Bitacoras.com on jueves, noviembre 4, 2010 at 16:09

    Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Sabemos que hay miles de blogs abandonados, vagando por el ciberespacio como basura espacial. O ciberespacial. Gente que creó la cuenta, escribió unas entradas y no le encontró la gracia, y allí quedó para siempre su incip…

  2. Vamos tirando › Llanto on miércoles, junio 22, 2011 at 18:10

    […] lo esperado, los niños lloran y lloran llegada la despedida y la perspectiva de un nuevo camino, distinto, […]

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