La verdad es que no me ha sorprendido, ni lo más mínimo, la casi unánime corriente que han seguido los medios de todo el mundo en lo de la supuesta aceptación del uso del preservativo por parte del Papa. No hacía falta ni rascar, era evidente que esa noticia era falsa. Y esa falsedad queda meridianamente clara cuando se acude a la fuente.
No, el Papa no ha permitido el uso del condón.
No me ha sorprendido, como decía, que la casi totalidad de los medios se pasen la fuente por la entrepierna. Hace años que entendí que eso de «no dejes que la realidad te joda un bien titular» no es un chascarrillo, sino una evidencia que jamás se deja de cumplir. Los medios de comunicación masivos no son sino voceros del Ministerio de la Verdad, que repiten hasta el vómito las mismas consignas que su manual indica que deben repetir.
Es triste el llegar a no sorprenderse, pero es así.
En lo que sí tenía hace años una cierta esperanza es en que la gente, una porción significativa de la gente, mantuviera el nivel intelectual y la capacidad crítica suficiente para ser capaz de distinguir el grano de la paja, lo creíble de la mentira evidente. Y esto es incluso más triste, pero también hace años que no me sorprende.
No trato aquí y ahora de enjuiciar si el Papa debía haber dicho o dejado de decir, o si la Iglesia tiene que adoptar tal medida para que los ateos le den el certificado de calidad sin el que no puede subsistir ni un minuto más. Además es evidente mi postura. Esto simplemente me sirve de ejemplo al ver lo que unos publican y lo que otros aseveran sin dejar resquicio a la duda. Se trata, pura y simplemente, de que los medios mienten y la gente no sólo le compra la mercancía caducada y agusanada. Sino que además tienen los huevazos de discutirte e incluso insultarte si les dices que eso está podrido.
Cuando digo que éste es un país de gilipollas y borregos, no falta quien me acusa de falta de caridad y de soberbia. Bueno. De lo que sí admito la acusación es de chauvinismo. Porque no es sólo cuestión de los estepaisanos. Occidente en general es un corral de borregos y gilipollas. Borregos y gilipollas que, por supuesto, nos guían con paso firme y decidido hacia el progreso. Que para eso tienen razón porque son la inmensa mayoría y además lo dice la wikipedia.
¿Algún problema? Pues ajo y agua, que esto no para en la próxima. A no ser…
4 Comments
Plas, plas, plas
La mayor parte de los medios de desinformación son esencialmente anticatólicos, por tanto, como tu dices, no hay sorpresa. Ya toca un poco más las narices que l’Osservatore, Zenit o la Cope se hagan eco del asunto con un tono y un tinte que dan a entender, cuando no lo afirman expresamente, que «el Vaticano lavantó la prohibición».
Hay que hacer lo posible por acabar con todos esos inútiles, particularmente con la COPE.
EStoy aterrada con lo que están diciendo en todas partes. el propio Eulogio pone mal la cita. Tuvo a bien publicar la día siguiente otras traducciones, hasta google online era más fiable.
Lo que me deja asombrada es leer el libro en cuestión. Lo han traducido de pena, de llorar: expresiones inexistentes en español, sintaxis paupérrima, palabras inexistentes (el papa (sí con minúscula, así que nos damos una ración de papas impresionante) amobla (por lo menos un par de veces) su habitación y así sucesivamente. el prostituto pasa a ser prostituido, algo que no usamos nunca en español como sustantivo… así todo el libro. Intentaré que me lo cambien por otra edición corregida.
El Papa es humilde… dejar que le hagan decir estos despropósitos y que encima le salgan exégetas de baratillo.
Un beso a los dos.
PS. Mi madre falleció, me la encomendáis, aunque ya estará mejor que nosotros
Como bien dices, Toñi, estará mucho mejor que nosotros.
Un abrazo.
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