Comentaba Javier a la entrada anterior que mientras en otros lugares se concentran para luchar por la libertad, aquí la aspiración es la borrachera mayor.
No le falta razón. Pensé al leerle lo que he hablado con mucha gente mil veces, que aquí la gente sólo se echa a la calle -aparte de para la botellona, quiero decir en plan reivindicativo- cuando hay un equipo de fútbol de por medio. Entonces, la enfervorecida masa clama justicia contra la sanción, o pide la lapidación de los responsables de sus males, o celebra y aclama a los héroes de sus grandes gestas. Decenas de miles de seguidores de la causa.
Creía que poco podía empeorar la cosa, pero anoche el informativo de la tele me escupió a la cara que todo es susceptible de empeorar. Incluso el panorama patrio. Mientras intentaba dar la cena a Gonzalete, Matías Prats hablaba del inicio de un juicio a una presunta trama dedicada a estafar a la Seguridad social «arreglando» bajas y pensiones. En la puerta del juzgado, centenares de personas increpaban a los encausados.
¡Cielos! La gente se echa a la calle a increpar a los corruptos. ¡No puede ser! ¡El aire empieza a correr, los pajaritos cantan las nubes se levantan…! Ah, espera, que no se trata de increpar o perseguir a quienes han saqueado al Estado, quienes han arruinado al país para varias generaciones, quienes tomaron la obra que con enorme esfuerzo y sacrificio levantaron nuestros padres durante décadas, dejando una roncha impagable para nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos…
¡Noooo! Es que una de las imputadas es la mujer de un torero. ¡Acabáramos! pienso mientras reflexiono sobre el morbo de la gente y que lo que en realidad quieren es ver a los famosos pasando por el aro, o simplemente acercarse a ver a la que sale en las revistas.
Ojalá. Mi santa esposa me hace ver que la cosa sigue superándose. «Esa gente son los admiradores de Belén Esteban, que van a insultar y abuchear a María José Campanario». «No puede ser», me digo en voz alta, mientras mi santa esboza media sonrisa y me mira como diciendo «si es que no te enteras de en qué planeta vives», y concluye «esto es lo que hay, así está el patio».
Así que, amigo Javier, completemos el diagnóstico: Mientras en otros lugares la gente se echa a la calle para luchar por su libertad o como en Islandia para encarcelar a los culpables de la corrupción y expolio, aquí la gente sale a la calle para:
a) Emborracharse y acabar entre navajazos y violaciones.
b) Celebrar que once millonarios ganan a otros once millonarios mientras las empresas que los hacen millonarios no pagan a Hacienda ni a la Seguridad Social sin que pase nada de nada.
c) Clamar porque entre quiebras, cierres de empresas, millones de parados, una educación infame, una o dos generaciones encadenadas al remo de la galera… sus once millonarios de cabecera no han sido capaces de hacer su trabajo pero siguen siendo millonarios.
d) Animar a la «Princesa de Vulgaria» insultando a la esposa del que fue su amante. No nos basta con la simple existencia de los seguidores de semejante individua, que ya daría para un estudio antropológico. Ya es que llegan a la manifestación ante los palacios de justicia…
Esto, no me negarán, tiene una pinta extraordinaria.
Decía Javier: «¡Qué futuro!». Digo yo: Ojalá. ¡Qué presente!
12 Comments
Se te ve que eres verderón…eso de echarse a la calle por temas futboleros de si ascender o bajar en los despachos…en fin…me suena tendencioso 😉
Por lo demás, tu Santa sí que sabe.
Siendo tan inocentón, lo que me preocupa es como te atreves a comentar lo que pasa…si no te enteras de la misa la media (Uy, perdón)
😉
Mira que te tengo dicho: que tires la tele, que no leas periódicos, que no escuches la radio…que seas feliz, hombre.
Con lo fácil que nos lo pusieron con la desconexión digital. Yo aproveché esa desconexión para nunca más conectarme a un proveedor de contenidos televisivos. Porque ya es lo que me faltaba: tener que pagar por que me metan mierda en el cerebro.
Hazme caso. La mayor parte de toda la tensión nerviosa que padecemos proviene de hacer caso mucho caso a los medios informativos y poco a tu propio sentido común.
Kikás, no es tendencioso, al contrario, es ombliguismo. Hace dos veranos me dijo un amigo si iba a ir a la manifestación «por un Betis libre» y le dije lo que sentía: Que todo lo que decían me parecía muy bien pero que yo por eso no me manifiesto, que me parecía tan ridículo como los 40.000 palanganas llorando en la calle porque se les quería aplicar la norma.
En eso no somos ningún ejemplo a seguir. Sea por el descenso del Sevilla, por Lopera, por los ascensos, por los descensos, por los títulos en Canaletas, en Cibeles, en Neptuno, Puerta de Jerez o en Plaza Nueva.
Fuego, yo la veo para el día que me líe a tiros en medio de la calle no tener remordimientos…
😛
¡Ah, bueno!
Nada dijiste de la Gabarra ni de la Plaza de la Virgen Blanca (En esto he de ser por fuerza y necesidad del Basket, aclaro)
Por otro lado me preocupa, ¿qué ahora el Betis quiere ser independiente de España tambien?
Este tema es sumamente grave. El personal se lo toma a chacota porque realmente parece «inverosmóvil», pero el daño que ha generado en las almas del personal este entretenimiento de verduleras (con perdón de las verduleras) es incalculable. Y lo digo con cercanísimo conocimiento de causa.
Kikas, tienes razón, me faltó la gabarra. ¿Todavía flota?
Lo del baloncesto como no lo trabajo no caí.
Seneka, y tanto que es sumamente grave, por eso lo comento. Y más grave todavía es que esto no es casual. Y mucho menos nuevo. Panem et circenses.
¡Ah! Y el Betis reclama su derecho a la autodeterminación y a elegir en libertad su futuro sin imposiciones de ningún tipo que no respetan su peculiar cultura y tradiciones.
O así.
Pues yo, aparte de salir a la calle para pasear y disfrutar de una buena terraza en verano, tengo la costumbre de salir a gritar para pedir una enseñanza como Dios manda, el respeto a la vida y alguna que otra cosilla.
Pero estaría dispuesto a salir para pedir que el equipo de mi ciudad se hundiese en las profundidades de las categorías y desapareciese de una vez, a ver si deja de costarnos dinero que ya tenemos bastante con lo que tenemos. También estaría dispuesto a salir para pedir que me dejen aparcar sobre la acera, en pasos de cebra o en cualquier sitio cuando voy al cine, al teatro o trabajar, igual que dejan aparcar de cualquier manera a los aficionados al balompié cuando van a ver un partido. Aunque preferiría que no me dejasen aparcar mal y que tampoco se lo permitieses a los aficionados las patadas en las pelotas, que no sé por qué hay que consentir a algunos saltarse las normas que rigen para los demás por el simple hecho de ser aficionados a algo.
Lo del Betis lo has sacado de un programa electoral…me juego un huevo y no lo pierdo (Glups, perdón)
Iba a decir… pero Fuego Negro se me adelantó. Este es el país que se moviliza para ver a Justin Biever o para escuchar a la verdulera Belén pero no para movilizarse por el paro o la corrupción ¡ay, qué cruz!
Salu2
¡¡Arriba la Estebaaaaan!! jejejejejeje 😛
Que es broma ¿eh?
Por si acaso.
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