La segunda en mi línea sucesoria me ha dado ya, así de memoria, al menos una o dos entradas hechas con sus comentarios al vuelo de lo que oye. Anoche, mientras yo intentaba hacer algo comestible para la cena, ella se encargaba, con gran maestría como suele, de intentar impedir que su hermano pequeño se entretuviera en sus pasatiempos favoritos, del tipo meter la cabeza en el microondas, desarmar un enchufe para chupar los cables, comerse el relleno de los cojines, meterse lápices por la nariz o algo así. De fondo, las noticias y el runrún de la campaña electoral. Aparece en pantalla la triste figura de Cayo Lara y el reportero resumía las propuestas lanzadas en el mitin de Izquierda Unida.
Entonces ella se vuelve y me dice «papá, Izquierda Unida qué es, como Zapatero y Rajoy, ¿no?»
Sin pararme intento explicar «no, Zapaterio es del Pesoe, Rajoy del pepé, e Izquierda Unida es…»
«Ya, ya» -me corta- «que no son del mismo partido, pero que son como Zapatero y Rajoy, ¿no? Vamos, que mienten, roban, defienden el aborto…»
Le felicito por su fácil entendimiento de la política patria, y la cena ya está casi lista.
6 Comments
Jajaja, muy bien adoctrinada esa niña.
Un saludo
Antisistema desde pequeñita.
Se te va a casar con uno con pendiente, y vas a tragar….
(A ver los millones de comentarios contra mi referencia al pendiente, que tengo anchas espaldas)
Que conste Kikas que lo hago para no defraudarte: Si la tierna infanta de preclara y prematura conciencia política contrajese finalmente santo matrimonio con un portador de pendiente en el pabellón auditivo, todos deberíamos darle la enhorabuena por haber desposado un bravo marino capaz de cruzar con su navío el peligrosísimo cabo de Hornos ¿no?
Alphonse, eso sólo si el pendiente es un aro, que representa la vuelta al mundo, incluso hasta tres aros podrían ser, y sólo en el lóbulo del apéndice auditivo.
Personalmente, preferiría que mi hija no contrajese santo matrimonio con un portador de tales trofeos, los prefiero con las orejas vacías (de pendientes y de mugre) y con escapulario al cuello. Ya veremos con lo que me encuentro cuando llegue el momento.
Gonzalo, lo de tu hija es clarividencia, sí señor.
Me vais a perdonar, pero eso de «cuando te traiga al novio con cresta y aro te vas a cagar» ya lo tengo muy oído.
Y no sólo eso, sino que yo, que no tengo ni he tenido ni cresta ni aro, le hago menos feos a esos adornos que a un traje, una corbata y una blackberry.
Dicho sea sin ánimo de molestar al que a diario va disfrazado con corbata y me contesta a los correos desde la blackberry…
😛
Por cierto, Orisson, no está adoctrinada. Simplemente observa.
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