Vamos tirando

Tengo atragantada una entrada muy larga que algún día publicaré. Pero el periódico me pide hoy que hable doblemente de la candidatura pepera al Ayuntamiento de Sevilla.

Dice hoy en Diario de Sevilla el alcaldable Señor Zoido, del que pocas dudas creo que quedan de la poca simpatía que le tengo, que le «obsesiona cumplir toda la palabra» que da. Bien, Señor Zoido, pues repase sus notas porque a mi padre (Gonzalo García, y el segundo apellido le dejo que lo recuerde) le dieron usted y su jefe Arenas su palabra y su absoluto compromiso en algo que no cumplieron. No sólo eso, busque entre su correspondencia hasta encontrar las cartas que mi padre les dirigió y a las que usted personalmente se comprometió a contestar ante mi hermana, y que nunca contestó y dudo si leyó.

Recuerdo que mi padre, después de reunirse con usted y su jefe, me lo comentó con alegría de haber obtenido de usted ese compromiso, a lo que yo le contesté casi literalmente «papá, no quisiera dudar de tu inteligencia a estas alturas, pero ¿de verdad te lo has creído?»

Desgraciadamente tuve yo la razón y mi padre la constatación de su calaña.

La otra noticia que trae hoy la prensa es sobre el segundo de la lista de Zoido, el catedrático Javier Landa, que figura en dicha lista como independiente. Por lo visto los sociatas han salido en tromba, al toque de arrebato emitido ayer por la mañana en la SER, porque Landa tiene un oscuro pasado: Nada menos que una multa de 120 leros en un juicio de faltas por un enganchón con unos niñatos. (1) (2). Resulta que la urbanización del Aljarafe en la que vive Landa y en la que dicen las noticias que se produjo el incidente es… la misma en la que vivo yo. Y el hecho fue que unos niñatos se dedicaban a sacar bolsas de basura de los contenedores y a desparramar su contenido por la calle. Landa se los encontró yendo a tirar la basura, les llamó la atención y los niñatos le hicieron frente e insultaron. Landa sencillamente aguantó la embestida de los becerros y hubo algún mínimo enganchón. Suficiente para que los defensores del bestialismo adolescente pusieran entonces y pongan ahora el grito en el cielo. Como vecino sólo puedo añadir que a Javier Landa no le he escuchado jamás una palabra más alta que otra ni una mala palabra a ningún vecino, ni le he visto perder los nervios. Cosa que por cierto sí le he visto a Zoido.

Dicho queda. Que por poco que me guste Zoido y su candidatura, creo que es de justicia.