Vamos tirando

Saliendo de una misa de difuntos por la madre de un amigo me entero de la noticia del fallecimiento de Blas Piñar.

Con él desaparece la única voz que en los escaños del Congreso mantuvo un mismo discurso con Franco y sin él. El único político que se pasó por el Congreso habiendo tenido las narices de proclamar públicamente lo que el régimen no quería oír, nada menos que en plenos años 60, y que durante toda su extensa vida de 96 años de los que hoy rinde cuentas ante el Altísimo fue fiel a sus convicciones y al juramento que empeñó, sin prestarlo a una cosa y su contraria según conviniera en el momento, como sí hicieron tantos otros.

Descanse en Paz, Don Blas, y encuentre misericordia en el Juicio al que ahora se enfrenta, que ese es el importante, y no el de tantos enanos de la historia que hoy osarán verter sobre la memoria de un hombre coherente las mentiras y engaños en que ellos han convertido sus vidas.

Blas Piñar. Presente.