Dice la Vicevogue que la familia Rodríguez tiene todo el derecho del mundo a preservar la intimidad de sus hijas menores de edad. Es cierto. Lo que no dice esta señora es que si una familia de paletos -en el peor sentido de la palabra- corre perdiendo el culo por ponerse al lado de su ídolo para tener un recuerdo de su experiencia planetariosexual, y lo hace no en la salita ni en el jardín de casa, sino en un foro oficial, pagado además por todos nosotros, no hay intimidad que valga. Y eso es exactamente lo que ha pasado, así que no vengan con gilipolleces.
Otra discusión es la pinta de las señoritas Rodríguez Espinosa, pero eso sí que es personal y privado… aunque no pueda dejar de sonreír al recordar la expresión que le oí anoche a Juan Manuel de Prada… «Yo es que viendo a la de las botas de skin head no me creería que viene de ver a Obama sino de dar una paliza a alguien en el metro…»
Maldad: Pincha en la foto
5 Comments
¡¡¡Ay qué bien me lo he pasado!!!!
No veo tanta polemica, como la que se ha montado. Solo una simple reflexion «quien mire mal por su mano, vaya al infierno a quejarse» esto lo dice todo.
Para terminar con una sonrisa en los labios un enlace con unos remake de la foto de marras
http://ceroizquierda.blogspot.com/
Como eres aficionado a la tauromaquie probablemente recuerdes, yo no lo recuerdo, el nombre de aquel crítico taurino que cuando quería apoyar a un torero novel y éste tenía una tarde de abucheos y pitos, sacaba un pañuelo blanco del bolsillo, lo agitaba al aire y anotaba en su crónica: «hubo petición de oreja».
Como en los meses que te sigo he llegado a apreciarte, saco por tí un pañuelo y lo sacudo con fuerza, aunque creo que esta corrida ha estado por debajo de tu altura.
Lo que no impide que siga creyendo que eres un matador que ni el Niño de la Capea.
Eso, Fuego, es hacerme sonar un aviso… ¿no?
A ver, las niñas no tienen culpa de nada ni se ataca a las niñas. Todos o casi todos, yo la primera, hemos pasado por la época de «raros» o de alguna «tribu».
Lo que transmite esta foto es la poca autoridad del padre o el nulo «saber estar». Si no puede decirle a sus hijas «Niñas, que a donde vamos no se puede ir así» y, a lo mejor respetando un poco su estilo y adecuándolo a la edad que tienen (que hay que reconocer que es una edad difícil de vestir) salgan «decentemente vestidas», demuestra la poca autoridad que tiene, que es un blando y un mamarracho, que se hace con él lo que se quiere. O que no sabe estar, que el cargo le viene grande…
En definitiva, demuestra lo que hace tiempo que pienso, que o es tonto (influenciable, maleable…) o que está loco. Cualquiera de las dos cosas lo imposibilitan para el cargo.
No sé lo que he terminado escribiendo, porque me caliento me caliento y no sé si me entiende.
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