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Martirio anunciado en Pakistán

«Prefiero morir cristiana», ha dicho en su celda pestilente cuando un juez le ofreció el perdón si se convertía al Islam. Es Asia Bibi, una pakistaní de 45 años y madre de cinco hijos que tras año y medio de prisión ha sido condenada a la horca.

¿Su delito? Que cuando sus compañeras de trabajo en el campo la insultaban por haber tocado el recipiente de agua con sus «impuras manos de cristiana», harta de aguantar atropellos les interpeló: «Jesús murió en la Cruz por los pecados del mundo… ¿qué ha hecho Mahoma por vosotras?»

Como decía al principio, los mismos que le condenan le piden que abrace el Islam para salvar su vida. Su marido está refugiado porque las turbas acosaban su casa amenazándole de muerte si no obtenían su conversión y la de sus hijos. «Si me condenan por amar a Dios, estaré orgullosa de entregar mi vida por Él».

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Cuántas preguntas, cuántas dudas…

Las primeras, a mí mismo, a nosotros mismos… ¿Cuántos de nosotros, valientes y convencidos a este lado de la raya, aceptaríamos con esa entereza y con esa determinación la condena? ¿Cuántos renunciaríamos a nuestro cónyuge, a nuestros hijos, a nuestra vida por Él? Por supuesto que aquí, en frío, yo digo que no tengo dudas y abrazaría el martirio… Pero ¿sería mi debilidad capaz de superar año y medio de vida como un despojo, tirado en un agujero pestilente y aún encarar a la muerte con entereza, dignidad, valentía y admirable fe? Asia Bibi sí está siendo capaz, y es por ella por quien debemos, primero, sentir orgullo, y segundo, exigir justicia.

Pero me surgen más y más dudas, más y más preguntas… ¿Cuántas veces hemos oído comentarios mucho más duros sobre Jesús que el emitido por Asia Bibi sobre Mahoma? Algunos habrán respondido exigiendo respeto, seguramente mientras en privado rezaban por el perdón del blasfemo. Otros habrán hecho oídos sordos para evitar polémicas, muchos habrán sonreído la gracia del blasfemo para no perder su favor o no señalarse… Nadie, claro está, habrá pedido la muerte del blasfemo ni intentado apalear hasta la muerte a su familia, ¿a que no?

Sin embargo ¿habrá pensado estas cosas el blasfemo y su coro de seguidores? ¿Habrá temido en algún momento no ya una condena a muerte ni un linchamiento, sino una simple llamada al respeto y a la educación? Hace unos días escuchaba de casualidad a Javier Sardá hablar sobre la visita del Papa a Barcelona. Ojo, a Javier Sardá. Criticaba muchas cosas de la visita, y muchas de sus críticas seguían esa estela de pedrada fácil y con argumentos tópicos. Pero, ojo, Javier Sardá, hacía una pausa y reconocía, en directo, a pecho descubierto que todos los que como él critican a la Iglesia Católica son unos cobardes porque no se atreven a ser ni la mitad de críticos con el Islam. Y lo decía en primera persona «Somos cobardes, no nos atrevemos, con las caricaturas nos rajamos».

Me gustaría, por un momento, entrar en la cabeza de esos blasfemos. De muchos que lo hacen porque es la manera de destacar, de quedar de graciosete, ya que no tienen talento para hacerlo de otra manera. O peor aún, de esos que teniendo talento de sobra, sin necesitarlo recurren al insulto y la blasfemia para medrar, o para quedar bien con alguien, o para seguir a la masa. ¿Pensarán, siquiera por un instante, en que esos católicos de los que se burlan, son los mismos que se apenan por tal burla y que recurren en tantas ocasiones al «perdónalos, Padre…»? Y, sobre todo, ¿pensarán en que en ese odio disfrazado de gracieta sobre el Papa o sobre el Cuerpo de Cristo está el desprecio de esa campesina madre de cinco hijos que si nada lo remedia regará la tierra con la sangre de su martirio?

¿Pensará el bobo que exige que se retire un crucifijo que es a los mártires a quien está queriendo quitar de su vista?

Hay otras preguntas evidentes. ¿Dónde estáis, valerosos defensores de la libertad y los derechos humanos? ¿Dónde, paladines de la firmeza de la democracia? ¿Dónde, cabritos repugnantes de las amnistías e intolerancias varias? Ante semejantes descuidos y faltas de coordinación, algún inocentón podría llegar a pensar, qué disparate, que a vosotros la Libertad y eso que llamáis Derechos Humanos os importa un carajo y que sólo os interesan si valen para atacar al que no os gusta.

Y para acabar, una última pregunta me haré hoy aquí: ¿Acaso no es esta legalidad pakistaní una expresión de una civilización y una cultura con la que hay -ay- que aliarse a cualquier precio? Y para eso… ¿quién da la vez?

Esperemos, confiemos y recemos para que se haga justicia. Pero en cualquier caso, pase lo que pase, no olvidemos su ejemplo. Ella dice que prefiere morir como cristiana que vivir como musulmana. «Antes mozárabe muerto que muladí victorioso», se decía aquí hace siglos.

Recibamos, insisto, su ejemplo. Y si ella es capaz de alzar su frente ante las armas y la brutalidad, ¿no seremos nosotros capaces de alzarla ante la grosería y zafiedad? No se equivoquen: Allí con la muerte, aquí con la burla. La mano que los mueve, el espíritu que los empuja, es el mismo. Odium fidei.

Asia Bibi, que Dios te acompañe, y si el odio te arranca la vida terrena, ruega por nosotros y danos constancia y fortaleza cuando recibas la corona de los santos mártires.

10 Comments

  1. Orisson wrote:

    Pues rezo al Señor para que me permita aguantar el martirio de la coherencia (que por el momento es el que nos ha tocado a nosotros). Y estos moros no saben el premio que le harán (sí, premio) si la terminan matando por Cristo.

    Y una pregunta asaz puñetera: ¿cuántos de nosotros tendráimos huevos para ir a predicar la Buena Nueva a tierra de infieles?

    Un saludo

    jueves, noviembre 18, 2010 at 1:17 | Permalink
  2. Orisson wrote:

    Fe de erratas: «tendráimos» no, que no significa nada. Debe poner «tendríamos». Y ya.

    Un saludo

    jueves, noviembre 18, 2010 at 1:18 | Permalink
  3. Kikas wrote:

    Conmigo, desde luego no conteis…pero eso no creo que suponga ninguna sorpresa.
    Y esta, y muchas otras cosas, simplemente me reafirman en la cantidad de barbaridades que se han hecho a través de los Siglos en Nombre de las religiones…y de los nacionalismos. No me queda muy claro si son las grandes lacras de la historia o es el uso que el hombre hace de ellos.
    No sé si esto quiere decir, según tu baremo,que soy un blasfemo…pero creo que no he injuriado gravemente a Dios…solo a los hombres

    jueves, noviembre 18, 2010 at 6:58 | Permalink
  4. Gonzalo wrote:

    Esa es la pregunta, Orisson

    Kikas, la cuestión es que no encuentro explicación para entender por qué los que se burlan del cristianismo que, recordemos, tiene como mandamiento a sus fieles el amar al prójimo, perdonar al enemigo y anunciar el Evangelio, tienen ese empeño en, mientras hacen esas burlas, exigir no ya respeto, sino exquisitez en el trato a la secta que proclama cosas como estas:

    “No es propio del Profeta tener prisioneros hasta que haya cubierto la tierra con los cadáveres de los incrédulos”. Azora VIII, aleya 68.

    “¡Combatid a quienes no creen en Dios ni en el último día ni prohíben lo que Dios y su enviado prohíben, a quienes no practican la religión de la verdad entre aquellos a quienes fue dado el libro! Combatidlos hasta que paguen la capitación personalmente y ellos estén humillados”. Azora IX, aleya 29.

    “No hay ciudad a la que nosotros no aniquilemos o atormentemos con terrible tormento antes del día de la resurrección”. Azora XVII, aleya 60.

    “Matadlos allá donde los encontréis”. Azora II, aleya 187.

    “Matadlos hasta que la idolatría no exista y esté en su lugar la religión de Alá”. Azora ii, aleya 189.

    “Las peores bestias, ante Alá, son los infieles”. Azora viii, aleya 57.

    “Malditos dondequiera que se encuentren, serán cogidos y asesinados sin piedad, según la costumbre de Alá con aquellos que les precedieron”. Azora XXXIII, aleya 61.

    “Cuando encontréis a quienes no creen, golpead sus cuellos hasta que les dejéis inermes”. Azora XLVII, 4.

    ¿Por qué a nosotros le burla y la amenaza chulesca y a ellos el culo en pompa? ¿Qué es, sino cobardía? ¿Qué idiotez congénita puede sostener que una cosa y otra son «las religiones», así en abstracto y rebujito civilizadamente aliado?

    Hay otra pregunta que me surgió cuando ya había subido la entrada, y es la siguiente:

    ¿Será consciente de su pobreza aquél que -seguro, los hay por miles- que llamándose cristiano, al tener noticia del atropello sobre Asia Bibi, habrá pensado «pues que diga que sí, hombre, que alabado sea su profeta y se quite de problemas»?

    jueves, noviembre 18, 2010 at 9:42 | Permalink
  5. Kikas wrote:

    Lo siento, Gonzalo….no puedo responderte a ninguna de tus dudas, porque tampoco me siento reflejado en los grupos a los que parece diriges las preguntas.
    La próxima vez házmelas más fáciles. Recuerda que soy Ingeniero y, como tal, torpe
    Pero en mi pobreza moral tengo claro que entre mi mujer y mis hijos, y Dios…me quedo con los primeros. Dios no puede ser tan cabrón para exigirme que le elija a él..
    Y espero seguir sin blasfemar, porque pienso que Dios, si existiese, no me podría hacer esa putada…o sea, debe ser mejor que todo eso.

    viernes, noviembre 19, 2010 at 1:22 | Permalink
  6. Gonzalo wrote:

    A ver, Kikás, estás errando el tiro, y además cayendo en lo mismo que mucha gente.

    No se trata de que te haga elegir. Tampoco es eso tan usado por algunos de «si Dios existiera, cómo iba a permitir…»

    Dios no te hace elegir. El que te obliga a elegir es el juez paquistaní que te dice que Mahoma o patíbulo. Ese es el cabrón. Porque a ese cabrón Dios le otorga la misma capacidad que a ti, a mí, a Asia Bibi y a toda la Humanidad: El libre albedrío, la libertad de elegir el modo de actuar. Con todas sus consecuencias.

    sábado, noviembre 20, 2010 at 20:37 | Permalink
  7. Kikas wrote:

    ¡Ah! o sea, ¿Qué Dios no está por encima del juez pakistaní?
    ¿Pero no habiamos quedado que estaba por encima de todas las cosas?
    ¿O es que el juez pakistaní está por encima de Dios?
    Si el juez pakistaní es el q ue me obliga a elegir y no Dios, Dios ha de ser poquita cosa…
    Esto comienza a ser demasiado complicado para alguien tan simple como yo

    sábado, noviembre 20, 2010 at 22:45 | Permalink
  8. Gonzalo wrote:

    Precisamente por lo simple que eres -o somos- no rebusques tanto, que es muy sencillo.

    Dios entrega al hombre libertad para elegir y dirigir sus actos en esta vida.

    Si alguien usa esa libertad para hacerte algún mal, no es poquita cosa el que le creó libre. Sencillamente ha usado su libertad para el mal.

    Vamos a ver, un estado de derecho se supone que te hace ciudadano libre mientras no se demuestre que eres culpable de algo que conlleve una pena ¿no? Si durante tu vida de ciudadano libre te llevas a alguien por delante… ¿es el estado de derecho poquita cosa, que te permitió ir por la calle con la posibilidad de cepillarte a alguien?

    No sé si el ejemplo es afortunado… pero sí que hay una diferencia fundamental: En el caso del supuesto estado de derecho, el que haya usado su libertad para el mal puede no ser juzgado, o puede que el tribunal no imponga una pena justa. En el otro caso nadie escapará al Juicio y todas las sentencias serán justas.

    domingo, noviembre 21, 2010 at 0:08 | Permalink
  9. Kikas wrote:

    Claro, Dios entrega al juez pakistaní libertad para, según SU ley de Dios, aplicarla. Según la tuya es un cabrón…seguramente según la suya no.
    La pobre mujer cristiana, que pasaba por ahí, no hace uso de ninguna libertad que Dios le ha otorgado. Simplemente se come el marrón.
    Le puedes seguir dando todas las vueltas del mundo, pero ni acepto pulpo ni compro motos. Según tú, a esta mujer Dios le da la libertad para hacer el bien o el mal, o sea, para nacer en Pakistán y no en Polonia
    Lo que sí estoy de acuerdo contigo es que el buen rollito con según qué religiones porque es progre, y no con otras porque no lo es, es un acto de fascismo como otro cualquiera
    De todos modos, Gonzalo, debatir acerca de Dios conmigo no incrementa tu prestigio intelectual. No merece la pena convertirme.

    domingo, noviembre 21, 2010 at 21:35 | Permalink
  10. Gonzalo wrote:

    ¿Prestigio intelec… qué? Tío, soy informático y tú ingeniero. No tenemos de eso.

    No es el bien o el mal nacer en Pakistán o Polonia, sino elegir el bien o el mal en tu vida, sea cual sea. Esa mujer también hace uso de su libertad. Todos lo hacemos. Lo hace el cristiano que anuncia el Evangelio y el que calla para no tener problemas. El musulmán que escucha al cristiano y el que aplica al pie de la letra la ley de Mahoma y persigue al infiel que no se somete.

    Todos hacen uso de su libertad. Y cada uno de los actos que cometan en esa libertad tendrá consecuencias.

    lunes, noviembre 22, 2010 at 1:33 | Permalink

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  1. Bitacoras.com on jueves, noviembre 18, 2010 at 0:57

    Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: “Prefiero morir cristiana”, ha dicho en su celda pestilente cuando un juez le ofreció el perdón si se convertía al Islam. Es Asia Bibi, una pakistaní de 45 años y madre de cinco hijos que tras año y medio de prisión …

  2. Vamos tirando › Padres y padras on viernes, noviembre 26, 2010 at 12:53

    […] tránsfuga y todas su coro de zorras feminazis manifestándose por el atropello realizado sobre Asia Bibi? ¿Qué acción diplomática ha emprendido su colega la señorita Trini ante las noticias de que […]

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