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Ruidos en el salón

Se despertó sobresaltado. Ya se había acostado inquiero y el ligero ruido que sonó en el salón bastó para desvelarle. Saltó de la cama. Por fin iba a poder comprobar si lo que le habían dicho sus compañeros era así. Cuidó de no hacer ruido y salió al pasillo. Pensó en entrar de golpe en el salón, pero prefirió dar una oportunidad a sus deseos y se dirigió al cuarto de sus padres. Con cuidado se asomó y comprobó, con tristeza, que aunque su madre dormía plácidamente, su padre no estaba en la cama. Hizo acopio de valor y aguantó las lágrimas. En el salón volvió a oír claramente el mismo ruido de antes. Así que decidió irrumpir en él y pedir explicaciones. Cuando estaba a punto de llegar a la puerta entreabierta tras la que ya no tenía dudas de que se encontraba alguien moviendo cosas, oyó un nuevo ruido, pero a sus espaldas. Se volvió y encontró a su padre saliendo del cuarto de baño con cara de sueño que se iba tornando en cara de sorpresa conforme reconocía a su hijo junto a la puerta del salón.

Las preguntas deuno y otro se cruzaron: «¿Qué haces levantado? ¿Dónde vas? ¿No sabes qué…?» «Papá, si no eres tú, ¿quién está en el salón?» «¿Cómo que quién está? ¿Es que les has oído? ¡Es Noche de Reyes!» «Pero mis amigos me dijeron que…» «Ejem, ejem…»

De repente se hizo un silencio espeso. Ese carraspeo no había salido de ninguno de los dos, sino que venía del salón.

«Si no os importa, váis a despertar a toda la casa y eso no sería conveniente. Bastante hay con que estéis los dos aquí. Id a dormir. Y tú, chaval, no te preocupes por lo que te digan tus compañeros. Nosotros seguiremos viniendo a todos los hogares en los que se celebre el Nacimiento del Salvador para conmemorar la Epifanía. Si algún amigo tuyo te dice otra cosa, es porque en su casa no nos esperan como mensajeros de alabanza, sino que sólo esperan su egoísmo. Es a esas casas a las que dejamos de ir. Venga, acostaos, y no intentéis contar a nadie lo ocurrido, porque mañana pensaréis que sólo ha sido un sueño.»

La siguiente vez que abrió los ojos, estaba en su cama. La luz entraba ya por las rendijas de la persiana y su hermana pequeña le saltaba en la cama gritando «Ya han venido, ya han venido. Arriba, dormilón, arriba».

2 Comments

  1. Javier wrote:

    Y que siga siendo así…

    domingo, enero 8, 2012 at 23:17 | Permalink
  2. Gonzalo wrote:

    …por lo menos 20 siglos más.

    lunes, enero 9, 2012 at 0:36 | Permalink

One Trackback/Pingback

  1. Bitacoras.com on viernes, enero 6, 2012 at 2:33

    Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Se despertó sobresaltado. Ya se había acostado inquiero y el ligero ruido que sonó en el salón bastó para desvelarle. Saltó de la cama. Por fin iba a poder comprobar si lo que le habían dicho sus compañeros era así. Cu…

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