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Arcadia educativa

Llevo varios días queriendo escribir esta entrada. Y no lo he hecho porque no termino de saber dónde y cómo enganchar mis conclusiones. Así que he decidido dejarles a ustedes, mis millones de queridos y respetables lectores (a ti, el no respetable, también, venga) esa labor, limitándome a relatarles los hechos, casi desnudos.

Antecedentes:

Una familia solicita plaza para su hijo mayor en un colegio religioso concertado de un pueblo de la provincia de Sevilla. Ellos viven en el pueblo de al lado, pero en las mismas fechas de la solicitud, la empresa en la que ambos trabajan fija su domicilio en el pueblo en el que se encuentra el colegio. Por entonces, la puntuación otorgada a las familias solicitantes de plaza para su baremación por la Junta de Andalucía era la misma por domicilio familiar que por domicilio laboral. El niño obtiene la plaza.

Como tristemente suele ocurrir, otros padres ven como sus hijos quedan fuera del colegio elegido al no haber plazas suficientes. Uno de ellos denuncia ante la Consejería de Educación “a todo lo que se menea”, entre ellos, a la familia de la que les hablo, aduciendo que es falso que tengan su domicilio laboral en esa localidad. Como prueba aporta el siguiente testimonio: Llegó un día a esa dirección, no llamó a la puerta si no a la de al lado, y preguntó al primero que encontró: ¿oiga, aquí trabaja alguien? Obteniendo un “yo no conozco a nadie”. Aclaración pertinente: Hablo de una oficina, no de un local abierto al público. Esa declaración y su condición de policía local hace que se admita la denuncia y se comunique a la familia que el niño debe abandonar el centro. La familia recurre y solicita, entre tanto, que se adopten medidas cautelares. Esto es, que el niño siga en el colegio.

Pasan los años y hay vistas judiciales. En una de ellas, la madre habla con el policía, que le viene a reconocer que ni llamó a la puerta ni volvió otro día, y que él se cree que sí, que trabajan allí… pero que como de lo que están hablando es de su hijo… esto es lo que hay. En la vista vuelve a decir que “yo soy policía y un vecino me dijo…” Visto para sentencia.

Octubre de 2012, el niño acaba de empezar el curso, por quinta vez, en su colegio religioso concertado. En medio, su hermana también ha entrado en el mismo. El abogado de la familia llama a la madre: Le adelanta que el juez va a fallar (qué buena es la polisemia a veces) que el niño debe abandonar el colegio porque sus padres, a la luz de la declaración del policía y el vecino, falsearon la declaración de domicilio laboral. Nueva aclaración pertinente: Sí, la empresa realmente fijó su domicilio allí y el lugar de trabajo de la madre era aquel. Pero aquel vecino “no conocía a nadie”, punto redondo. Ni documentación, ni recibos bancarios, ni certificados de empresa valen para nada. Aquel vecino “no conocía a nadie”.

La madre no sabe qué hacer. Una profesora le dice que tiene referencias de alguien del pueblo que trabaja en la Consejería en esos asuntos. La conoce sólo de vista, busca amigos comunes para contactar con ella. Consiguen una cita.

Suceso:

Esos son los antecedentes. Los hechos que dejo a su consideración son los siguientes:

La madre afectada llega a la cita con la única esperanza de si puede hacer algo para que su hijo siga en el colegio en el que lleva, con éste, cinco años, en el que tiene a sus amigos, en el que los padres participan, en el que ellos entendieron la mejor opción para la educación de sus hijos… Hace las presentaciones, y le expone el caso, sin más consideraciones: Mira, es que tengo que sacar a mi hijo del colegio tal, porque me denunciaron y sale ahora la sentencia.

La respuesta de la funcionaria viene a ser una explosión de alegría: ¿Qué tienes que sacar al niño de ese colegio? Mira, pues es lo mejor que te puede pasar, enhorabuena. Lo que tienes que hacer es matricularle en el colegio público del pueblo, que es extraordinario, como todos los de la red pública de Andalucía. La madre se queda perpleja y sólo acierta a comentar algo acerca de algunas opiniones desfavorables a ese colegio público que le han llegado. ¡Nada, mujer, no hagas caso! Mira, si la educación pública en Andalucía no tiene que envidiar a ningún centro. Pero no sólo a los concertados ¿eh? Ni a los privados. Hazme caso, es lo mejor que te ha podido pasar, porque la educación pública en Andalucía…

Me cuenta la madre que le suelta una chapa considerable, que más pareciera un mítin de Mar Moreno*. Ella, más bien izquierdista, incluso llega a mosquearse por la impresentable soflama de desprecio a la educación privada y concertada y de ensalce desaforado de la escuela pública de la región, que por lo que la tipa suelta no tiene ni un defecto, ni un problema, ni una necesidad… ¡la arcadia educativa de Andalucía!

Viendo que de allí no saca más que comida de oreja, intenta cortar la chapa. Pero hay que quedar bien con la funcionaria mitinera, a la que le dice que bueno, pues entonces, allí nos veremos, porque tus hijos estarán allí, ¿no?.

La mitinera se queda a media frase, con la boca entreabierta, pierde la mirada y, tras respirar, concluye. No… mis hijos están en el colegio tal (el otro colegio religioso concertado de la localidad).

Mi amiga, ¿afortunadamente?, vence el impulso asesino.

Yo no lo hubiera vencido. Seguro.

* Mar Moreno es la Consejera de Educación de la Junta de Andalucía.

7 Comments

  1. Kikas wrote:

    No te comento, porque eso de dejarme en evidencia delante de tus millones de lectores me ha sentado bastante mal…
    Que yo no sea respetable no es óbice, cortapisa o valladar para que lo vayas pregonando….
    Por cierto, eso de que la policia tiene presunción de veracidad, en fin, te podría dar algún que otro comentario al respecto…

    lunes, noviembre 5, 2012 at 13:52 | Permalink
  2. Gonzalo wrote:

    No puedo llegar a entender qué te ha hecho darte por aludido. Como no sea tu mala conciencia…

    Oye, que yo no he dicho que nadie tenga ni deba tener presunción de nada… Yo he relatado los hechos.

    lunes, noviembre 5, 2012 at 14:04 | Permalink
  3. Kikas wrote:

    No es mala conciencia….
    Es un hecho…no soy respetable porque no me respeto ni yo mismo…
    Con respecto a los hechos… algun juicio gané que algun compañero, con exactamente los mismos hechos y el mismo abogado pero diferente juez, perdió…
    Tambien de eso podría hablar si no me hubieses dejado en evidencia…

    lunes, noviembre 5, 2012 at 14:23 | Permalink
  4. Pitufa wrote:

    El poli local no denuncia, lo manda el ayuntamiento para verificar las denuncias de los padres.
    Ese mismo poli fue 2 años después a verificar el domicilio laboral para que la niña pudiera entrar y verificó. La empresa ha estado varios años establecida allí.
    😉

    lunes, noviembre 5, 2012 at 15:30 | Permalink
  5. Gonzalo wrote:

    Bueno… pues eso.

    lunes, noviembre 5, 2012 at 15:32 | Permalink
  6. Javier wrote:

    ¿Esto es de alguna película de Berlanga que se ha estrenado post mortem?
    Como dice un amigo: ojiplático me dejas.

    lunes, noviembre 5, 2012 at 18:08 | Permalink
  7. Gonzalo wrote:

    Ya ves, Javier… pero lo mejor es que no es ni de coña un caso aislado… Los hay a puñados.

    martes, noviembre 6, 2012 at 9:23 | Permalink

2 Trackbacks/Pingbacks

  1. Bitacoras.com on lunes, noviembre 5, 2012 at 13:10

    Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Llevo varios días queriendo escribir esta entrada. Y no lo he hecho porque no termino de saber dónde y cómo enganchar mis conclusiones. Así que he decidido dejarles a ustedes, mis millones de queridos y respetables lectores…

  2. Vamos tirando › Matrimonio, algunas reflexiones on lunes, noviembre 12, 2012 at 17:07

    […] cuenta del comentario que una amiga de mi santa le hacía en el caralibro relativo a la entrada “Arcadia educativa”. En dicho comentario, R. se centraba en la cuestión de las denuncias y fraudes relativos a las […]

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