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Sobre el llamado «Himno de Andalucía»

En un comentario de una entrada anterior, mi querido «contraprimo» Jaime me consulta sobre el plagio a un cántico religioso que da origen al llamado Himno de Andalucía, animándome a publicarlo aquí.

Como le contesto, ya publiqué sobre ello en google + lo que me había llegado por correo (y que hasta entonces yo desconocía), pero como me consta que mis muy queridos (y escasos) lectores tienen la mala costumbre de elegir la peor opción a la hora de «socializarse virtualmente», pues recojo la propuesta, y además me sirve para mover un poquito este rincón, que siento tener tan paradito.

La cuestión (del cántico – himno, no de la poca actividad de la bitácora) podría ser una anécdota -al fin y al cabo no pocos himnos provienen de otros cantos populares- pero me hace pensar en cómo, mientras verdaderos ingenieros de la desfiguración histórica tratan de socavar cualquier puntal de nuestra bimilenaria historia común, despreciando hitos sin parangón en el mundo y despreciando hasta lo ridículo proezas sin igual, son capaces de mantener, al mismo tiempo y supongo que cobrándolo aparte, la condición ancestral de falsos mitos sobre los que pretenden construir una historia falsa.

Reproduzco aquí lo que recibí en el correo que comentaba y que ya publiqué en g+:

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Muchos andaluces desconocen que el «Himno de Andalucía» tiene sus raíces en un himno religioso conocido popularmente como «El Santo Dios».

Aquí te lo dejo, para que lo escuches, con su letra original:

Santo Dios
Santo Dios,
Santo fuerte,
Santo inmortal,
Líbranos Señor
de todo mal.
Los pecadores pedimos
al Señor continuamente
y por eso le decimos,
Santo Dios y Santo Fuerte
Santo Dios,
Santo fuerte,
Santo inmortal,
Líbranos Señor
de todo mal.
Con dolor de nuestro pecho
le pedimos al Señor,
que seamos perdonados
en el Tribunal de Dios.
Santo Dios,
Santo fuerte,
Santo inmortal,
Líbranos Señor
de todo mal.

Blas Infante ejerció como notario en Cantillana donde conoció «El Santo Dios» que era cantado por los segadores, junto con otros cánticos, durante sus labores de siega. Este himno también se cantaba en la «Misa de las espigas», en honor a la Virgen de la Soledad de Cantillana, como agradecimiento por la cosecha.

Era una música sencilla y fácil de orquestar que Blas Infante copió. Puso este canto en conocimiento del Maestro Castillo, (director de la Banda Municipal de Sevilla), quien adaptó y armonizó la melodía. La letra se cambió dando lugar a un texto reivindicativo sobre Andalucia muy lejos de las raices religiosas en agradecimiento y en honor de la Virgen de la Soledad de Cantilana.

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El audio, aquí.

La República como ejemplo de evolución

Aunque el título incite a pensarlo, no voy a hacer una defensa de la república como sistema a asumir en virtud de la evolución de los tiempos. Me daría mucha pereza hacerlo, a mí que cuando casi toda España era juancarlista yo solía colar en los brindis un «por la república» bastante incómodo a mis acompañantes, a la vez que desafiaba a cualquiera de esos rostros enojados a que me demostraran que eran más monárquicos que yo.

Bien, no es ese el camino por el que hoy me quería meter, sino otro.

Lo que quiero poner como ejemplo de evolución, más que la República en sí, es a sus partidarios. En los casi cuarenta años de régimen (¿les suena?) que llevamos, comparemos la defensa de la República que ya entonces podíamos encontrar por parte de gentes como Antonio García Trevijano y algún otro, y analizar la evolución de los súbditos del régimen comparándola con la defensa de la República que ustedes tengan a bien elegir de cualquiera de las manifestaciones tricolores que ayer se celebraron en España.

Pues eso, que esa es la evolución. La propia del régimen.

Soy un rojo peligroso (I)

Viendo las noticias de las últimas semanas, cierro los ojos y me escucho claramente lanzando uno de mis «discursos» en las charlas que se montaban, hace años, en la oficina. En una de ellas, a mi eterno discutidor, R., le decía que la situación no se arreglaría hasta que los políticos no pudieran asomar el hocico por sus portales, hasta que a cada uno de ellos les pongan colorados y les mienten a la madre nada más pisar la calle. Cuando no les mereciera la pena vivir así, dejarían de ser una infame casta chupóptera y ladrona.

Veo ahora, digo, las noticias sobre eso que ahora llaman «escraches», y recuerdo aquellas palabras y aquel convencimiento mío. Y veo también a los medios. Unos callan, otros hacen encaje de bolillos para el sí pero no, y otros tachan de métodos subversivos de la izquierda radical el asunto. Sin embargo, no me gusta la situación. Ni siquiera porque puedo aprovechar la ocasión de que los peperos me llamen rojo peligroso, que es algo que siempre gusta. Y no porque yo haya cambiado de opinión. Sino porque los que han cambiado son ellos, los que ahora gritan y acosan.

Yo defendía esa postura cuando la gente estaba calentita en su casita viendo como el país se iba al carajo. Pero a ellos eso no les importaba. Les importa ahora, cuando lo que se ha ido al carajo es su situación personal. Pedir palos y antorchas entonces para toda la casta era antidemocrático, radical. Pedirlos hoy sólo para quien ellos digan es democracia real.

Y no puedo juzgar a quien, desesperado en su situación, escapa por esas u otras válvulas. Pero sí a quien, mientras a ellos no les afectaba porque disfrutaban de las migajas que les caían del banquete de la casta, aceptaban encantados que bienes comunes y valores superiores se estuvieran arruinando. Todos esos, hoy muy indignados, merecen el mismo desprecio que yo les dedico a la casta. Todos esos son los que, callando entonces como perros, hicieron posible esto.

Ahora, aguanten sus velas. Porque tenemos lo que nos hemos ganado. Lo que los que hoy rugen han ayudado a crear y defendido con uñas y dientes. Rojo peligroso había que ser a las maduras. Ahora no tiene gracia. Ni mérito.

Sobre sucesos, llamas y legionarios honoríficos

El Sr. de la Galaxia me invitaba ayer a publicar aquí lo que compartía en google +, recogido del fb de mi muy querido amigo y camarada (y caballero legionario) Apesardetodorevertiano el pasado Sábado Santo. Y es que incluso en sitios tan poco recomendables como el caralibro, gracias a usuarios como éste se pueden encontrar cosas buenas.

Hago caso al Sr. de la Galaxia y lo traigo aquí:

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Anécdota del caballero legionario honorífico:

Cuando este señor empezó a aficionarse por la Semana Santa malagueña descubrió que la práctica totalidad de las tallas son modernas ya que las originales, junto con las Iglesias donde residían, ardieron en los «sucesos» de 1931.

Entonces decidió producir una película cuyo título iba a ser «Málaga en llamas». Pero de aquello nunca más se supo. Imagino que alguien le informaría que en aquella Málaga la Roja y para su sorpresa fueron los amantes de la libertad y la tolerancia, los que en 1931 (5 años antes de estallar la guerra) se dedicaron al noble, democrático y pirómano deporte de quemar las Iglesias.

Ayer, mientras le imponían el glorioso chapiri legionario, alguien debería haberle preguntado para cuándo la película Málaga en Llamas. El podría hacer el papel de Palma Burgo, el escultor que rescató de las cenizas de la Iglesia de Santo Domingo, los restos del Cristo de Mena, y que gracias a sus dibujos pudo crear el actual Cristo que tanto venera el Sr. Banderas.

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Hasta aquí las palabras de Apesardetodorevertiano. Pero aprovecho la ocasión para recomendar a tantos opinadores y narradores que de la Semana Santa de Sevilla surgen que dejen de salpicar sus intervenciones con esos tan socorridos «la imagen anterior se perdió en la guerra» y hagan honor a la verdad de tantas imágenes que no se perdieron, sino que fueron destruidas, quemadas o mutiladas con saña por las hordas rojas entre abril del 31 y julio del 36. Destrucción, fuego y saña que en su heroica lucha por la democracia y la libertad dirigieron no sólo contra las imágenes sino contra sus fieles y devotos, fueran estos ancianos, mujeres o niños.

Los niños del teletón

Hace tres meses compartí en google + un vídeo promocional del Teletón, contracción de lo que aquí conocemos como «Telemaratón». Como entonces contaba, se trata del himno de la campaña realizada el pasado mes de diciembre para recaudar fondos para seguir desarrollando su gran labor de ayuda y atención a miles de niños con distintas discapacidades.

El vídeo, ya lo dije, me gusta. Me gusta mucho. La canción es alegre, pegadiza. La voz de Ángela Vázquez me parece la ideal para lo que se quiere transmitir, y los niños acompañando, cantando, palmeando y sobre todo riendo tan abiertamente me emocionan profundamente, mucho más de lo que pueden imaginar.

Si lo ven antes de seguir, se lo agradezco.

¿A ustedes, qué les parece? ¿Verdad que es digno de aplauso el esfuerzo de esa organización (o de tantas otras) por atender a esos niños? ¿No les emociona verles cantando y riendo? A mí mucho. Y doblemente.

Primero, por el hecho en sí. Y segundo, y sobre todo, porque esos niños que me transmiten alegría y emoción en el vídeo son los mismos que la sociedad moderna considera indignos de vivir y merecedores de ser asesinados sin posibilidad de defensa en sus primeros meses de vida.

Obsérvenlos con atención. Para muchos, quizá para algún lector extraviado, un avance de nuestra sociedad y un derecho es que todos ellos sean asesinados. Que ninguno de ellos pueda vivir. Por eso me emociono aún más. Porque esos niños son, para la democracia liberal moderna, el enemigo a exterminar. Tengamos siempre muy claro de qué lado debemos estar.

Cónclave

Millones de pares de ojos permanecerán fijos, desde hoy y por unos días, en una modesta chimenea desmontable situada sobre la más sobrecogedora capilla de la cristiandad.

Mientras vaticanólogos y vaticanistas inventan chismes y teorías sobre si el próximo sucesor de Pedro debe ser alto, bajo, joven, viejo, conservador, renovador, blanco, amarillo, negro, bético o deportivista, yo ruego a Dios, y os pido que me acompañéis, porque sea, independientemente de todo lo demás, una cosa: Santo.

Señor, te rogamos que los cardenales electores se dejen guiar por tu Luz para que de su elección surja el pastor que guíe a tu Iglesia de la manera que más sirva a tu Gloria. Amen.

NON PREVALEBUNT

¡El populismo, corred!

A cuenta de los resultados de las recientes elecciones generales realizadas en Italia, desde los medios se lamenta histéricamente el auge del populismo y el negro futuro que todos tenemos si dejamos que llegue aquí también.

El DRAE define populista como «perteneciente o relativo al pueblo». En un sentido positivo, por tanto, poco habría que objetar a que un partido o un gobernante basara su obra en este criterio. Pero a lo que los medios y los políticos «oficiales» aluden es a un fantoche, apodado como populismo, pero al que le cabría mejor la definición de demagogia, en el sentido de su segunda acepción del DRAE:»Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder».

Así, se rasgan las vestiduras por el buen resultado obtenido por personajes como Silvio Berlusconi o Giuseppe Grilo, a los que acusan (y no seré yo quien entre en esa discusión) de acudir a la política para servirse del poder. Pero resulta cuando menos curioso que lo malo sea que esos personajes (insisto, a los que no voy a juzgar aquí) vengan a «servirse del poder» y a corromperlo… y que la solución propuesta por los sesudos analistas sea que no se vote a «opciones pintorescas o populistas», quedándonos, claro está, con los partidos «oficiales». Y decir eso de Italia, a poco que uno observe el currículo de limpieza y honradez de los partidos democristiano y socialista de aquellos lares, nos queda la opción de reír o llorar, Pero pocas más. Vamos, que el problema de Italia no es que los partidos «normales» la hayan expoliado hasta el tuétano durante décadas… sino que la gente, asqueada, vote a otros.

El foco lo ponen ahora estos medios en el peligro que puede haber en España de que surjan candidatos similares, y en la ruina que esto supondría. Porque claro, puede venir alguien a halagar los sentimientos primarios de los electores para adueñarse del poder y ejercerlo mal. Y claro, uno se queda más tranquilo viendo tan noble preocupación en tan altas instancias.

Porque haciendo un repaso somero, podemos recordar:

A una UCD que halagó al pueblo con sus garantías de estabilidad y confianza, encaramando al mando de la Nación a un desastre con patas llamado Adolfo Suárez, político en el que lo único destacable era su injustificada egolatría, producto de diseño de los últimos mandamases del franquismo tecnócrata, que puso las bases de todos los desastres que vinieron después.

A un PSOE que anunció honradez, «nuevoizquierdismo» y empleo, estableciendo a cambio la más alta cota de corrupción hasta entonces conocida, el desmantelamiento absoluto de la industria en España, la venta de nuestro futuro poniendo las bases de la colonia de camareros que hoy estamos resignados a ser, el crimen de estado…

Vino después un señor con bigote que decía que iba a acabar con la corrupción, a sanear la economía para hacerla competitiva, y a recuperar la fortaleza de España, dedicándose después a vender TODO lo que le quedaba al país (engordando así unas cuentas más falsas que su sonrisa), asegurando en los nuevos chiringuitos a cuantos amigos pudo, además de entregar, por interés electoral, todas las transferencias que le solicitaban los partidos separatistas, por no hablar de sus ánimos enfervorecidos a cuanto españolito raso pasara por aquí de que se endeudara hasta las orejas, con el resultado que hoy disfrutamos.

Vino después el señorito del talante, que nos trajo eso, talante… y tatrás, con las más altas dosis de estupidez que la política mundial haya conocido jamás. Cabe decir en su defensa que este engañó poco, pues desde el primer día en que apareció por el congreso que le arreglaron se vio claro que su problema no sería de programa ni de política, sino de simple capacidad intelectual. Hubo quien se dejó engañar. Hay gente para todo.

Y ahora ha venido uno que iba a acabar en un pis pás con la deuda, con el paro y con la crisis. No me extiendo con él, que igual ya se hacen ustedes una idea. Ah, sí, algo tengo que decir: Y pone a llevar las cuentas justo al que animaba a endeudarse hasta las cejas. Con un par.

Así que claro, es normal que los políticos y los medios nos adviertan del peligro del populismo que puede venir. Es normal. Normal en los políticos, porque perderían la exclusividad del robo y la estafa. Y normal en los medios, como cómplices activos que son de todo el chiringuito partitocrático del 78.

Todos los partidos y todos sus medios satélites, todos, partícipes del robo y el expolio descrito.

Pero recuerden, no caigan en la tentación de votar a otras opciones… no vaya a ser que estropeen esto tan bueno, tan funcional, tan justo y tan fantástico que tenemos.

Es la cultura, estúpido

A ver…

Que a mí me parece estupendo que se organice la gala esa de los Goya. Estoy encantado de que critiquen al gobierno pepero, yo también lo hago.

Ah, que esa crítica, merecida, se olvida cuando el que gobierna es otro y la merece igualmente… Pues mire, si son sectarios porque no aplican la misma crítica a los otros, oye, esto es España, donde no hay votantes sino hoolligans. También los peperos vomitaban espuma con lo que hacía ZP y ahora callan como rameras cuando Marianonaniano hace lo mismo.

De verdad, que a mí el que la casa Bardem o la señorita Hache se diviertan a su manera me parece tan bien o tan mal como cuando cualquier otro se divierte de la misma manera. Allá ellos, que «pa tó» tiene que haber gente, y si ellos se encuentran graciosos y divertidos…

Pero oiga, sí es verdad que me toca las narices que los que aúllen siempre sean los mismos, esos para los que el currito raso tiene que pagar primero la mayoría de las películas que hacen y que en su inmensa mayoría no nos interesan en absoluto; luego que también les paguemos la fiesta a unos millonarios horteras,  chabacanos y maleducados; y encima además pagar también para que se retransmita y así la chusma los vea y babee…

En esta situación, se echa de menos a una figura de las de verdad de nuestro cine, un gigante de aquella magnífica generación, para que su grito firme resonara ante toda esa casta. Un firme y decidido ¡A LA MIERDA!

Intoxicándome por el centro, pero con subvención

Hace poco, el Gobiernodespaña amplió el llamado Plan PIVE para prolongar las importantes ayudas a la compra de coches nuevos con el objetivo de renovar el parque automovilístico y hacerlo de manera más limpia, ya que sólo pueden beneficiarse de estas ayudas las operaciones de compra de coches que tengan un nivel máximo de emisiones.

En los últimos días tengo la ocasión de andar a diario varios kilómetros por el centro de Sevilla, atravesando avenidas de bastante densidad de tránsito pero también zonas de acceso limitado por las que sólo pasan taxis, vecinos y poco más.

Hace años que vengo lamentando la tendencia del personal a comprar coches diésel. Lo lamento por mí, que no soporto el asqueroso olor del humo que despiden, pero también, aunque los seres con los que intercambio información al respecto, de pituitaria evidentemente mucho menos desarrollada, sostienen que los coches diésel modernos «no huelen», por el resto del personal, que quizá no sea capaz de oler, pero respira mierda que da gusto.

Cualquier informe comparativo deja absolutamente claro que el humo fruto de la combustión del gasóleo es MUCHO más contaminante que el de la gasolina. Entre otras cosas porque no es sólo humo sino que contiene infinidad de partículas sólidas en suspensión, debido a que la combustión no es completa y deja residuos.

Decía antes que llevo unos días andando a diario entre el tráfico, y no han sido pocas las ocasiones en que, al pasar algún coche cerca de mí, me he tenido que girar hacia las fachadas o taparme el rostro. Y hablo de vehículos modernos, de esos turbodiésel que tan poquito gastan y que tanto hay que subvencionar, circulando a velocidad más que moderada.

Pero nuestros gobernantes seguirán diciendo que están subvencionando un aire más limpio porque sólo ayudan a las compras de coches con bajas emisiones de CO2. Y así quedan como muy preocupados y comprometidos. Y si los ciudadanos mientras se tragan unos pocos de kilos más de partículas sólidas cancerógenas y óxidos varios, pues mira… un puñado de pensiones que nos ahorramos o de parados que quitamos de la estadística.

Evidentemente el humo del motor de gasolina no es ningún aire puro reparador, pero en comparación con la porquería del diésel, casi lo parece. Para encontrar coches de gasolina que se beneficien del plan pive hay que rebuscar mucho. Apenas los hay. Yo me inclino por el TCE de Renault, más que interesante y con potencias y consumos iguales o mejores que los DCi. Ustedes mismos.

Y, por favor, que alguien le diga a quien corresponda que dejen de fomentar, de todos los posibles combustibles, el más sucio y dañino. Y para empezar… ¡dejen de comprarlo!

NOTA: Después de escrita esta entrada encuentro esta noticia: «El humo del diésel, declarado causante de cáncer en humanos» en la que se le iguala en peligrosidad a las lámparas de bronceado, al tabaco… o al arsénico.

En el anuncio de renuncia de Su Santidad

Que todo sea para mayor Gloria de Dios, y que Él nos asista.

Que igual que nos ha bendecido con estos 8 años de pontificado, Su Espíritu ilumine el próximo cónclave para que de él salga el idóneo para guiar la barca de Pedro en las aguas próximas y revueltas que se adivinan.

Alabado sea Jesucristo.

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