A bote pronto y en horas intempestivas:
El primero, evidentemente, recomendar papel y lápiz a aquellos votantes peperos que niegan la evidencia y apunten la fecha en la que les digo que en la próxima legislatura habrá más aborto, seguirá la asignatura EpC (posiblemente por otro nombre), se seguirá llamando matrimonio a uniones contra natura (iba a poner simplemente uniones homosexuales, pero prefiero dejar meridianamente clara mi postura) y que seguiremos entregando soberanía. En fin, que el pepé hará lo que siempre ha hecho en los aspectos fundamentales. Nada.
El segundo, señalar que ha pasado tres cuartos de lo mismo que en las municipales de mayo. Es falso que el pepé haya arrasado. El pepé ha crecido en votos, es cierto. Poco más de 500.000. Un número importante, sin duda, más o menos un 5% con respecto a 2008, con un censo que también ha crecido en una cantidad parecida. Pero lo significativo, igual que en mayo, es el descalabro del PSOE, que pierde 4 millones largos de votos. Por tanto no es cierto que el pepé crezca de manera arrolladora, sino que el PSOE se cae. En ese sentido, es una buena noticia el desplome socialista a la que le falta otra buena noticia que sería el mismo desplome por la derecha.
El tercero, independientemente de la poca simpatía evidente que me despierte la entrada de 7 diputados de Amaiur (simpatía similar a la que me provoca la presencia continuada desde hace décadas de cualesquiera otros partidos separatistas, se vistan o no de más o menos «moderación»), se señala la injusticia de que esos siete pollos estén ahí respaldados por trescientos y pico mil votos, mientras UPyD, con más del triple de votos, obtenga 5 escaños, y con uno de ellos por los pelos, o que Izquierda Unida, quintuplicando a los batasunos se quede en 11. Es cierto, el sistema electoral español es así de justo y representativo. Pero lo ha sido siempre, y muchos de los que hoy lamentan esta discriminación a Rosa Díez miraban para otro lado, o incluso celebraban su sistema cuando, por ejemplo, Blás Piñar ocupaba un solitario escaño con más votos que los cinco andalucistas del 79. Es vuestra legalidad y sacrosanta democracia que nos habéis dado a nosotros mismos. Ahora no os quejéis.
Cuarto, retomando los 11 escaños de Izquierda Unida. Babea Cayo Lara celebrando el «logro». Aplauden las crónicas el crecimiento de la alternativa de izquierdas. Un logro que supone llegar a la mitad de lo que tenían con Anguita. El mismo Anguita al que despreciaban los cronistas que hoy elogian a Lara.
Quinto: Como era de esperar, los votos apoyando a candidaturas defensoras de los principios no negociables suman un pequeño puñado de miles. Felicidades a esos pocos miles que prefieren (preferimos) la testimonialidad que la hipocresía.
Y sexto: Doña Ángela ya tiene los resultados y está elaborando en su cuaderno azul los cargos a nombrar. No se descarta que comunique a Rajoy el nuevo gobierno incluso un par de horas antes de nombrarlo, al menos para que a Mariano le de tiempo a saberse los nombres para la rueda de prensa. Al hilo de esto: Hace 200 años, cuando de fuera nos imponían gobiernos, España se tiraba a la calle y esgrimía navajas contra cañones. Eran otros tiempos.
Nota adicional: Según lo esperado, la ratita no asomó la colita ni para despedirse. Cada uno llega hasta donde puede.