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700 gramos y un día

Dios bendiga a esta familia y les conceda confianza, esperanza y paciencia.

Ya sabéis qué hay que hacer.

Currito, dale (otra vez) al botoncito

Conforme publicaba la entrada de ayer, me daba cuenta de que faltaba una pregunta fundamental en ese asunto.

A ver, ya que los diputados, aparte de su sueldo, cobran por acudir a su lugar de trabajo los días de pleno -es como si usted cobra su sueldo y además, el día que pasa por la oficina, un plus- supongo que el día que vuelvan a votar la Ley de Aguas con sus enmiendas… ¿vuelven a cobrar esas dietas?

O… ¿Las pagará de su bolsillo Mario Jiménez, ya que por su culpa hay que volver a acudir al pleno, vaya rollo, con lo bien que estarían sus señorías paseando por Sevilla en promavera?

O… ¿De lo que cobren sus señorías por ir a trabajar ese día podrán un bote para pagarle a Mario Jiménez un curso CCC para saber qué dedo hay que levantar en cada caso?

O… ¿Se aprobará una partida adicional para repartir entre sus señorías una copia del programa electoral con el que se han presentado para así poder compararlo con cada ley o enmienda a votar, y así ser capaces de discernir por sí mismos si hay que estar a favor o en contra si un día Don Mario vuelve a tener la manita tonta o le da un apretón en el momento justo?

No me digan que no es apasionante nuestra actualidad política… A ver si nuestros padres de la patria, o de la realidad nacional, nos iluminan pronto con su, seguro, sabia decisión.

Currito, dale al botoncito

Me enteré ayer, pero sucedió a mediados de semana. En el Parlamento Andaluz, los depositarios de la voluntad popular, los diputados autonómicos, élite de nuestra tierra, votaban una ley.

Era la Ley de Aguas, pero eso es lo de menos. Ley aprobada, con 29 enmiendas del pepé aceptadas. Tampoco importa que la aprobara el PSOE y las enmiendas fueran peperas, porque otras veces es al revés.

Recapitulemos. José Antonio Griñán, al irse Manuel Chaves a hacer el ganso en una vicepresidencia creada para tener dónde meterlo, no sólo es elegido como Presidente de la Junta de Andalucía, sino que meses después es nombrado, también en sustitución de Chaves, califa máximo del partido en Andalucía. Como todo jefe recién llegado, reorganiza la estructura del partido para poner a su gente de confianza, y además hace una apuesta por la renovación colocando a gente joven en distintos puestos de responsabilidad.

Ya saben el modelo: Treintañeros que no han trabajado en el mundo real en su puta vida, que sólo saben hacer lo que les dice el partido, y que como al partido deben su sueldo -no digamos ya su chófer y sus dietas- harán lo que diga el partido pase lo que pase. Padres de la Patria al uso, vaya.

Bien, uno de los puestos renovados es el de Portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento Andaluz. Para desempeñarlo nombra a Mario Jiménez, sin duda depositario de grandes virtudes para ello. Evidentemente el portavoz de cualquier grupo parlamentario debe cumplir una serie de requisitos indispensables para el desempeño de tan fundamental encargo. Uno de ellos es el saber qué seña tiene que hacer con el dedito para que sus borreguitos los diputados de su grupo sepan qué tienen que votar a un texto que ni han leído ni saben de qué trata.

Y llegamos al día en cuestión. El pepé presenta un puñado de enmiendas a la Ley de Aguas y se aprueban 29. El problema es que el PSOE-A no quería aprobar esas enmiendas, pero, háganse cargo, el Señor Mario Jiménez apenas lleva un mes en su cargo, y en ese tiempo tampoco le vamos a pedir a un político profesional que sepa distinguir entre las señas del sí, del no o de la abstención. Y el bueno de Mario levantó el dedito equivocado y pasó lo que pasó.

Pero no vayan ustedes a pensar que semejante tragedia para la democracia no tiene arreglo. ¿Que el Parlamento aprueba 29 enmiendas por el voto mayoritario de los representantes de la voluntad popular? Pues nada, la mesa de portavoces devuelve la norma aprobada por «incongruencias«, y se prepara una nueva votación, es de suponer que con un par de semanas de margen para que alguien explique que el dedo índice es que sí, el corazón que no, y la mano en la boca mientras se bosteza, abstención. O así.

Hay incluso voces por ahí pidiendo incluso la destitución del pobre Mario, como si no supiéramos que todos los jóvenes (39 tacos, ejem) necesitan un periodo de prácticas, sobre todo ante situaciones tan complicadas. Pero a mí lo que realmente me acojona es que nadie mira más allá.

Vamos a ver, primero: Rodeando y secundando al Sr. Jiménez hay 56 diputados del Grupo Socialista… ¿Y NI UNO SOLO ES CAPAZ DE DARSE CUENTA DE QUE ESTÁ VOTANDO LO QUE NO QUIERE VOTAR?

Segundo: El putrefacto sistema electoral andaluz -y español en general- se basa en la elección de diputados por circunscripciones provinciales. Es decir, que el diputado fulanito es diputado por, pongamos por caso, Cádiz, y su elección ha sido distinta de la celebrada para menganito, que lo es por Huelva. Si a la hora de la verdad, importa un carajo a qué provincia representen, ¿por qué no se hace una circunscripción única ya que todos los diputados de un mismo partido votarán siempre lo mismo sean de una u otra provincia?

Y tercero, emanando de lo anterior, ¿para qué coño tenemos 109 diputados autonómicos andaluces si ni se leen lo que se vota ni analizan el sentido del voto en función de más conveniencias que la dictada por el partido? Que manden a un representante por cada partido y que a la hora de decidir, saquen y a ver quién mea más lejos. El voto del del PSOE vale por 56, el del pepero por 47 y el de Izquierda unida por 6. Arreglado. 106 sueldos inútiles que nos ahorramos, además de dietas, gastos, telefonitos ultramodernos, y los muchos rollos de papel higiénico que esta panda tiene que gastar de tanto que la caga.

¿Regeneración democrática? A ganarse la vida y no vivir del cuento, panda de inútiles. Y a seguir denunciando que la partitocracia no es, ni se le parece, democracia.

2 de Mayo

Oigo, patria, tu aflicción,
y escucho el triste concierto
que forman, tocando a muerto,
la campana y el cañón;
sobre tu invicto pendón
miro flotantes pendones,
y oigo alzarse a otras regiones
en estrofas funerarias,
de la iglesia las plegarias,
y del arte las canciones.

Lloras, porque te insultaron
los que su amor te ofrecieron
¡a ti, a quien siempre temieron
porque tu gloria admiraron;
a ti, por quien se inclinaron
los mundos de zona a zona;
a ti, soberbia matrona
que, libre de extraño yugo,
no has tenido más verdugo
que el peso de tu corona!

Doquiera la mente mía
sus alas rápidas lleva,
allí un sepulcro se eleva
contando tu valentía.
Desde la cumbre bravía
que el sol indio tornasola,
hasta el África, que inmola
sus hijos en torpe guerra,
¡no hay un puñado de tierra
sin una tumba española!

Tembló el orbe a tus legiones,
y de la espantada esfera
sujetaron la carrera
las garras de tus leones.
Nadie humilló tus pendones
ni te arrancó la victoria;
pues de tu gigante gloria
no cabe el rayo fecundo,
ni en los ámbitos del mundo,
ni en el libro de la historia.

Siempre en lucha desigual
cantan tu invicta arrogancia,
Sagunto, Cádiz, Numancia,
Zaragoza y San Marcial.
En tu suelo virginal
no arraigan extraños fueros;
porque, indómitos y fieros,
saben hacer sus vasallos
frenos para sus caballos
con los cetros extranjeros.

Y aún hubo en la tierra un hombre
que osó profanar tu manto.
¡Espacio falta a mi canto
para maldecir su nombre!
Sin que el recuerdo me asombre,
con ansia abriré la historia;
¡presta luz a mi memoria!
y el mundo y la patria, a coro,
oirán el himno sonoro
de tus recuerdos de gloria.

Aquel genio de ambición
que, en su delirio profundo,
cantando guerra, hizo al mundo
sepulcro de su nación,
hirió al ibero león
ansiando a España regir;
y no llegó a percibir,
ebrio de orgullo y poder,
que no puede esclavo ser,
pueblo que sabe morir.

¡Guerra! clamó ante el altar
el sacerdote con ira;
¡guerra! repitió la lira
con indómito cantar:
¡guerra! gritó al despertar
el pueblo que al mundo aterra;
y cuando en hispana tierra
pasos extraños se oyeron,
hasta las tumbas se abrieron
gritando: ¡Venganza y guerra!

La virgen, con patrio ardor,
ansiosa salta del lecho;
el niño bebe en su pecho
odio a muerte al invasor;
la madre mata su amor,
y, cuando calmado está,
grita al hijo que se va:
«¡Pues que la patria lo quiere,
lánzate al combate, y muere:
tu madre te vengará!»

Y suenan patrias canciones
cantando santos deberes;
y van roncas las mujeres
empujando los cañones;
al pie de libres pendones
el grito de patria zumba
y el rudo cañón retumba,
y el vil invasor se aterra,
y al suelo le falta tierra
para cubrir tanta tumba!

¡Mártires de la lealtad,
que del honor al arrullo
fuisteis de la patria orgullo
y honra de la humanidad,
¡en la tumba descansad!
que el valiente pueblo ibero
jura con rostro altanero
que, hasta que España sucumba,
no pisará vuestra tumba
la planta del extranjero!

Bernardo López García
Oda al dos de mayo

Activos tóxicos

¿Recuerdan? Ese es el nombre con el que se definió la gran mentira financiera cuando explotó en la boca de algunos bancos de inversión norteamericanos. La explicación para que la plebe no iniciada lo entendiéramos era muy simple: Bancos estadounidenses se dedicaron a conceder hipotecas que se denominaban NINJA (porque el que obtenía el préstamo tenía No Incomes No Job or Assets, esto es, ni ingresos ni trabajo estable ni patrimonio) y a emitir participaciones en fondos estructurados de inversión cuyo respaldo era, precisamente, las previsiones de ingresos por el pago de esas hipotecas.

Evidentemente el chiringuito se acabó yendo al carajo porque no se puede pretender que la gente con posibles se haga (más) rica gracias al pago de los que no tienen un duro, y vino la caída de algunos bancos de inversión y la inyección de cientos de miles de millones de dólares y euros allí y aquí oficialmente para mantener la solidez del sistema financiero.

Bien, a la vista de esto surgió una iniciativa por parte de algunos ciudadanos, consistente en gastarse todo su dinero en juergas y que luego el Estado les soltara lo pulido para así poder mantener la solidez de sus economías y la solvencia de la familia. Pero parece ser que no ha colado, a pesar de ser lo mismo. Cuestión de matices. pero bueno, sigo a lo que iba. Después de aquella propinilla que dieron los de siempre a los de siempre con el dinero de los de siempre (en este, en este es en el que estamos usted y yo), se nos tranquilizó: El sistema financiero español no está contaminado con activos tóxicos.

Los cojones. Y ustedes disculpen la expresión pero cuando algo se puede decir en castellano antiguo es mejor no ponerlo más difícil.

La banca española estaba contaminada, como todas, con activos tóxicos estadounidenses. Pero eso es lo de menos, porque representan un procentaje mínimo con respecto a la verdadera contaminación… la de los activos tóxicos españoles. Recordemos la definición: Activos con un rendimiento basado en el pago de hipotecas concedidas, primero sobre inmuebles supervalorados, y segundo  a gente sin recursos ni garantías de pago. Y ahora paren y miren alrededor.

Incluyéndose a ustedes mismos, ¿a cuánta gente tienen alrededor con hipotecas de varios cientos de miles de euros sobre pisos de 90 metros o menos? ¿Cuántos de ellos tienen garantizados los ingresos necesarios para hace frente a esos pagos durante las décadas para las que han firmado esa hipoteca? ¿Cuántos más, además de que el pisito estaba superextramegahipervalorado, recibieron el 120% del precio para, además, meter ahí el cambio de coche, la pantalla de plasma y las vacaciones en el Caribe?

Piensen ahora dónde tienen metido el dinero. Y ahora miren todos esos anuncios y folletos que hay en la oficina de su banco o caja. Depósito Manolito, Fondo Pepito. ¿De verdad van a confiarles un céntimo? Cuanto antes seamos conscientes de la situación, mejor: Nuestro sistema público está quebrado y es, a la larga, insostenible por sí mismo. Nuestro sistema financiero está sostenido por gente que está encantada de mantenerlo a costa de dilapidar todo su dinero y el de sus hijos a cambio de algo que debería valer 4 veces menos y a cuyo impresentable sobreprecio han contribuido, encantados, tanto el gobierno actual como el del anterior presidente. Todo el chiringuito es absolutamente artificial.

Las declaraciones de alguna ministra en los últimos días anunciando a bombo y platillo que se volvían a vender algunas casas no tiene otro objetivo que mantenerlo. Si nadie salió a la palestra a avisar al rebaño de que estaba pagando precios absolutamente impresentables por sus casas y se aplaudió con las orejas la indecente subida porque en cifras macroeconómicas suponía un subidón, ¿a qué viene ahora correr a detener la lenta, muy lenta e insuficiente bajada de precios? Es así, ya hay gente que, ante el mensaje de la Corredor, vuelve a plantearse hacer grandes negocios con sus inversiones inmobiliarias.

Cuando lleguen los impagos masivos, que llegarán, veremos qué inventa el gobierno -éste o el que esté- para mantener el chiringuito de los bancos y cajas y activará nuevas líneas de ayuda para que usted y yo volvamos a pagarles el chiringuito a estos cabrones. Eso si le queda de donde tirar para esas líneas, claro, que es dudoso.

En el año 2000, alrededor del cual podemos situar el inicio de la brutal escalada, nos engañaron a todos diciendo que el acceso a la vivienda se facilitaba mucho por la caída de los tipos de interés, y con el caramelo de los tipos bajos y las hipotecas largas nos metieron, hasta el fondo, la exponencial subida. Con unos tipos más altos no hubieran podido, pero la ingeniería bien hecha lo cuida todo. Y ya que estaban aprovecharon para urdir la infame estafa del euro y así hacernos a todos prisioneros de sus cuentas.

Por aquel entonces, a la vista de las subidas disparatadas, si un gobernante se preocupara de verdad por sus ciudadanos, hubiera avisado, primero, y en caso necesario tomado medidas. Por ejemplo, fijando un tiempo máximo en la concesión de hipotecas a particulares que hubiera hecho impagables aquellos precios pero que hubiera mantenido rentable la construcción incluso con precios muy, muy, muy retenidos. Eso sí, rentable como negocio para vivir de él honradamente, no para forrarte en dos promociones e ir dejando tirados a tus compradores. O si les importáramos ahora, hubieran condicionado aquel infame pago a la puesta inmediata en venta a precios sensatos de los miles y miles de viviendas que los bancos se están teniendo que comer con papas pero que siguen manteniendo a la espera de subidas de precios para seguir haciendo negocio.

Con el patio como está, un piso normalito en una zona normalita sigue teniendo un precio equivalente al salario neto completo de una pareja normalita durante 10 años o más. Eso significa que, pasándolas putas, pueden pensar en meterse a 30 años en una financiación. Financiación que implica: Que si uno de los dos se queda sin trabajo -y miren el patio como anda-, el invento no se sostiene. Que si se separan -y miren el patio como anda-, tendrá que ser en una época en la que la venta de pisos esté en alza, porque si no, el invento no se sostiene. Que en el caso de que viniera un niño, hay que repasar todas las cuentas, y que si son dos -y no planteamos un número mayor-, el invento no se sostiene. Que si aún así, con las cuentas patas arriba, vinieran los niños, a ver dónde coño los metemos porque claro, les recuerdo que el pisito no llega a 90 metros ni con el descansillo de la escalera. Y que además, cuando el niño tenga edad universitaria o edad casadera, estaremos todavía pagando hipotecas, con lo que lo dejaremos a su aire y allá se las componga.

Concretando: ¿A dónde quiero llegar con este rollo que les cuento? Pues miren, a que el chiringuito, tanto el público como el financiero-inmobiliario, no es más que una gigantesca estafa piramidal. Ya saben, esos timos consistentes en hacer que mucha gente vaya metiendo pasta para que los primeros en llegar se lo lleven crudo. El invento funciona hasta que un día los que piden la vez y creen que les toca el turno de cobrar descubren que aquello no producía nada y que ya son menos los que pagan que los que quieren cobrar, y todo se va al carajo. Así que ahí andan, los de arriba, cuidando muy mucho de que sigamos metiendo pasta en el invento, y encima cada vez más. A cambio de… NADA.

Y, ante esto, tenemos dos opciones:

La primera, el esforzarnos al máximo en la medida de nuestras posibilidades para cotizar lo más posible y pagar al día nuestras deudas para que el chiringuito no reviente con la esperanza de que los activos tóxicos sigan ahí pero que no salpiquen, e hipotecar nuestras vidas y las de nuestros hijos para que la cúspide de la pirámide de la estafa siga poniendo la mano y los demás sigamos como hasta ahora, es decir, yendo a peor.

La segunda, el decir hasta aquí hemos llegado, plantarnos y esperar que el enfermo se muera, que quien corresponda -casi nadie, por desgracia- acabe en la cárcel, que otros se tiren por la ventana de su oficina de diseño y que una vez exterminada la mala hierba, tirados al vertedero los escombros y enterrados los muertos, se empiece a construir una casa nueva. Sin lujos, sin estúpidos diseños, sin falsas necesidades, pero que nos sirva para vivir y cobijar a nuestros hijos.

Claro está, haciéndolo uno a uno lo que conseguiremos es recibir inútiles patadas en la boca.

El día en que cientos de miles de personas, de esas a las que les quedan 30 años de hipotecas, levanten el teléfono a la vez para llamar a sus bancos a decir «oye, que no te voy a seguir pagando, te pongas como te pongas» y que el último día de la campaña de la renta envíen su impreso en el que dice que tienen que pagar tantos euros al ministerio con una copia del DNI y la frase «te lo va a pagar tu puta madre», el chiringuito se cae en cuestión de semanas.

Como siempre, la pregunta no es otra que… ¿tendremos el valor suficiente?

España no es Grecia

No se pierdan la magnífica comparativa expuesta en el búnker.

Mi enhorabuena

Desde estas modestas líneas quiero enviar mi felicitación al idílico sistema en que vivimos y a todos sus cómplices -partidos políticos, empresarios, sindicatos, medios de comunicación…- que han alcanzado un nuevo hito en su proyecto.

Una nueva agresión salvaje amparada por el definitivo argumento del «yo cuando veo a un fascista le pego». Una nueva heroicidad de uno de los jóvenes que tanto ampara el sistema y ante la que, seguro, ninguna pandilla de hijos de puta convocará manifestaciones en defensa de la democracia, ya que éste cabrón es precisamente el modelo de defensor de la democracia que ellos alimentan.

Por lo pronto, ninguna cadena de televisión nos alerta sobre la violencia extrema de esta chusma ni se piden penas ejemplares. De hecho el asesino en potencia vuelve a coger el metro tranquilamente. Como no puede ser de otra manera, ya que no es más que un luchador por el régimen.

Lo que se siembra se acaba recogiendo. Los padres son tan heróicos que se han necesitado para levantarse contra el franquismo que las dos toneladas de granito se hayan asentado durante 35 años, y los hijos mantienen el orden agrediendo, como salvajes que son, a transeúntes pacíficos.

Esperamos que el ex-terrorista Esteban Ibarra termine pronto de contar los millones de pesetas que chupa de subvenciones y corra a convocar, en nombre de su chiringuito contra la intolerancia y por el enriquecimiento a costa de mis impuestos, manifestaciones de enérgica condena en defensa de la libertad.

No. Me temo que será cuando uno de los agredidos se defienda cuando volverán las manifestaciones contra el fascismo. Por no dejarse matar. El cabrón.

Sobre el hiyab de la niña

Los deformativos informativos llevan varios días dándole vueltas al asunto de una estudiante que ha sido invitada a dejar de cubrirse con su hiyab cuando acuda a clase o a buscarse otro instituto. La misma situación se ha dado en otros países europeos antes que en el nuestro, y motivado incidentes de todo tipo por defensores y contrarios a la prohibición. Y sale el tema, y toca opinar. Y oyes opiniones de todo tipo. Y alguien te pregunta. Y entonces uno contesta, y viene el lío.

– ¿Y tú, Gonzalo, le prohibirías llevar el velo?

– Depende del porqué.

– No te entiendo. Porque o lo puede llevar o no lo puede llevar.

– No. Si no lo puede llevar tiene que ser por una razón, y depende de por qué se le prohíba, me parece bien o mal. Yo no creo que sea tan difícil de entender. Pero por si acaso, vamos a ello:

Toda norma debe basarse en unos fundamentos. Y hasta el momento, viendo la noticia en particular en distintos canales de TV (CNN+, TVE1, TVE 24h, A3 y Canal Sur), todavía no he conseguido enterarme de por qué la niña no puede llevar el pañuelo.

De lo que han dejado caer, puedo pensar que se trata:

A) De una norma -higiénica o estética- que prohíbe en ese centro cualquier forma de cubrirse la cabeza.

B) Que es una imposición islámica a las mujeres que constituye una discriminación sexista.

C) De una prohibición de usar velo porque es un distintivo religioso y todos ellos están prohibidos.

Vayamos caso por caso.

A) Si por normativa -higiénica o estética- ningún alumno puede llevar el pelo cubierto, doy por sentado que también se impedirá el acceso al centro o se invitará a abandonarlo a aquellos que lleven gorros de lana o pañuelos a los Capitán Jack Espárrago. En el momento que alguno de los compañeros de Najwa hayan asistido al centro con alguno de estos complementos, toda esa norma ya no cuela. Por supuesto, si la cosa es por motivación estética, tampoco dejarán que los alumnos vayan enseñando tanga o piercings varios, ni arrastrando una cuarta de pantalón mugroso por el suelo.

Ahora bien, si efectivamente se han impedido todos los casos y este es uno más, Najwa y su familia pueden argumentar que el uso del velo debe ser admitido por ser una norma de su creencia -cosa que personalmente ignoro si es así- y que debe protegerse su libertad religiosa y no ser obligados a faltar a sus preceptos. ¿O sí? Esto nos llevaría a los puntos siguientes.

B) Como decía en el punto anterior desconozco -aunque supongo que sí, porque si no no creo que hubiera esta polémica- si para las musulmanas es obligatorio el llevar la cabeza cubierta o por el contrario es un acto voluntario. Por tanto, más aún desconozco si esa supuesta obligatoriedad lo es en función de una discriminación o por otro asunto.

En cualquier caso, habría que puntualizar muy cuidadosamente: ¿Esta chica, o cualquier mujer musulmana, se somete libre y voluntariamente a esa obligatoriedad? ¿Puede hablarse entonces realmente de imposición y discriminación?

En el supuesto de que el responsable de la norma tenga datos fidedignos e inequívocos de que estamos ante una imposición que vulnera la legalidad, ¿no debería exigirse que se persiga a la organización que impone esa discriminación ilegal, y no a quien por las razones que sean, acepta cumplir ese mandato? Es decir, si puede argumentarse que el credo islámico obliga a sus fieles a algo que va contra la ley ¿Porqué se persigue a quien es supuesta víctima de esa discriminación ilegal y no a quien se la impone? Insisto, todo esto en el supuesto de que quien corresponda detecte esa imposición ilegal. Y a mí no me corresponde. Pero como parece que nadie ha hallado esos datos fidedignos, porque nada se ha hecho, entiendo que no debe haberlos. Con lo que si nadie está imponiendo nada ilegal, sino proponiendo, no entendería el argumento.

Este punto nos llevaría a poner de manifiesto clarísimas contradicciones en aquellos que apelan a la libre voluntad del individuo para otros casos y lo niegan aquí en base a la motivación religiosa, pero no quiero que parezca que comparo la práctica de una religión con determinadas prácticas, así que lo dejamos.

C) Normalmente los giliprogres argumentan para pedir que no se use el velo con el punto anterior. Pero el que de verdad les pone es éste. Pero no por la niña, sino por mí. Si la niña, o la mujer, que viste el hiyab está declarando con ello públicamente su fe y sus creencias, en aras de esa sandez que dicen de que las creencias religiosas pertenecen al ámbito privado de la persona y no deben salir del mismo, la niña no puede llevar hiyab. Pero con su mismo criterio y base moral, yo no podría llevar una Cruz. Y evidentemente no sólo reclamo mi derecho a llevar de manera ostensible la Cruz, sino que estoy dispuesto a defender ese derecho a toda costa. Pero este argumento que queda tan chachi, tan modennno y tan laicoprogresista, no se sostiene. Porque con ese criterio deberíamos prohibir a las niñas musulmanas ir a clase con hiyab… Pero se lo deberíamos permitir a las no musulmanas que lo hagan porque el pañuelo se ponga de moda, por ejemplo. O prohibirme a mí que exhiba una cruz, pero sí dejarle a un no cristiano que la lleve, de seis kilos de oro si hace falta, siempre que sea por estética.

Seamos claros: A los laicoprogres les importa un carajo que las niñas lleven hiyab por motivos religiosos. Si no fuera así, no se cambiarían, como se hace en este país que dicen que es tan laico, los menús de comedores de colegios y de hospitales para que no haya nada de cerdo en ellos cuando hay musulmanes. Curiosamente, mientras sí se atienden esos cambios, no se ofrecen menús libres de carne los viernes de Cuaresma (del resto de viernes ni hablamos), claro, aquí nos conocemos todos. Así pues, y a la vista de todo ello, sinceramente no encuentro motivaciones suficientes para prohibir a esa niña, ni a ninguna otra, el uso del hiyab en clase.

– Entonces, ¿estás a favor de que lo lleve?

– No. Lo que estoy es en contra de que este Estado se lo prohíba.

– No te entiendo.

– Pues volvamos al origen. Cuando una ley, en base al marco del que emana, sea capaz de decir que la excusa de ser una obligación religiosa no es vinculante puesto que la religión islámica es una creencia falsa y blasfema, entonces se podrá decir que la niña no lleve hiyab. Cuando se persigan símbolos que sí son ofensivos, como las camisetas del Ché o tantas con mensajes soeces que se ven en cualquier instituto público de España, entonces se podrán dictar normas sobre el atuendo a vestir. Cuando la protección de la persona -hembra o varón, que ambos merecen la misma defensa y amparo- incluya la protección de su intimidad y de sus criterios morales en todos los aspectos, podrán empezar a hablar sobre si una niña puede o no puede someterse voluntariamente a tal o cual creencia. Cuando se fije que toda persona tiene una dignidad inviolable que debe ser protegida inexcusablemente por el Estado incluso si es la propia persona la que dice aceptar que se pisotee esa dignidad en determinados ámbitos (sanitario, sexual, económico, etc.) podrá empezar a hablarse sobre si esa niña tiene capacidad para decidir libremente si acepta esta discriminación.

Pero para eso habría que fijar un marco basado en que hay principios morales a defender, y que no todo es lo mismo mientras se acepte socialmente. Hasta entonces, en atención a su propio criterio y base moral, señor laicoprogre, usted no tiene base argumental para prohibir el uso del hiyab.

Pese a quien pese

Alfredito Buena Gente (alias «El Astronauta») se pira. O le hacen que se pire. El caso es que hace ya varias semanas que salió la noticia de que no sería candidato a la alcaldía de Sevilla en 2011. Desde entonces se ha dicho casi de todo. Ahora sale con que venga, que me quedo «le pese a quien le pese». Entre uno y otro anuncio, abanico de posibilidades: Que si se iba a la agencia andaluza de nosequé, que si le montaban un chiringuito de nosecuántos, que si comisario de tal, que si a ver en la Caja de Ahorros si me forran el riñón…

Ejemplo puro y duro de nuestra clase política. Don Alfredo, si usted está en el puesto que está es para servir a la ciudad. Y eso implica dos cosas:

1.- Permanecer al pie del cañón hasta el último día cumpliendo su cometido, salvo que en un ejercicio de sinceridad vea usted que no vale para esto y, reconociéndolo públicamente y por el bien de la ciudad, se pire.

2.- El día que usted se vaya, se vuelve a su casa a ganarse la vida como buenamente pueda, que aceptando como cierto -veeenga, vaaaale- eso que dice usted de que es médico, supongo yo que no se morirá de hambre.

Es que pudiera parecer que lo que a usted le preocupa no es el servicio a la sociedad sino labrarse un porvenir de perfecto mamón -dicho sea en su sentido estricto, que mama, que se alimenta de lo que otros le proveen a través de una teta, mama o ubre- en lugar de seguir su camino con la satisfacción del deber cumplido y buscarse la vida como todo hijo de vecino. Vamos, que eso de «pese a quien pese», con la gente tan mal pensada que abunda por ahí, alguno podría tomarlo como un «pues ahora no me voy que no he encontrado chollo que me mole, y ya si eso cuando me lo ofrezcan os doy el bastón para que hagáis lo que os plazca con él».

Y claro, Señor Menteserrín, no seremos nosotros lo que pensemos tal cosa de usted ni de tantos como usted, pero con la chusma reaccionaria que hay por ahí…

¿Saben lo peor? Que la experiencia nos ha hecho ver que todo, absolutamente todo es susceptible de empeorar. ¿Hasta esto? Ya lo verán.

Esto sólo lo arreglamos…

Esto solo lo arreglamos sin las autonomias

Iniciativa interesante, aunque yo iría más allá: No creo que haya que reformar la Constitución. Si no sirve, no sirve. Mejor derogarla y no andarse con parches. Pero bueno, no deja de ser digna de atención. Pinchen ustedes y sírvanse.