80 millones de besos.
80 millones de abrazos.
80 millones de gracias por tu ejemplo, tu cariño, tu dedicación.
80 millones de perdones por todo lo que no puse de mi parte.
Felicidades, papá.
80 millones de besos.
80 millones de abrazos.
80 millones de gracias por tu ejemplo, tu cariño, tu dedicación.
80 millones de perdones por todo lo que no puse de mi parte.
Felicidades, papá.
No comparto las cuentas que casi todos los medios echan sobre los plazos de Doña Susana Díaz.
Dicen los medios que quiere adelantar las elecciones autonómicas para, si saca un buen resultado, postularse después para liderar al PSOE en las generales. Y dicen los rivales que sería un insulto a Andalucía adelantar las elecciones sólo para luego irse. Y puede que si ese fuera el plan tuvieran parte de razón. Pero dudo que los planes sean esos.
Mi impresión (de simple andaluz raso y sufridor) es la siguiente:
Susana adelanta elecciones por tres motivos: El evidente, que es que IU le tira de sisa y no comparten determinadas posturas. El de la oportunidad por la izquierda, que es que hoy por hoy Podemos en Andalucía parece menos organizado que en el resto de España y a quien le va a hacer un siete es a Izquierda Unida, y no tanto al PSOE. Y el de la oportunidad por la derecha. Que es que el PP parece dispuesto a no presentarse a las elecciones autonómicas. Digo, porque presentarse con Juanma y no presentarse viene a ser lo mismo. O peor.
Con ese panorama, uno de los personajes políticos más insulsos y planos de la reciente historia de España, como es Susana Díaz, se presenta como un titán gigantesco sin nadie que le haga sombra y se encamina -y aquí va mi envite- hacia una mayoría absoluta, o casi. De esos tres motivos, sale el cuarto y definitivo: Para ganar.
Esto, más que de Susana Díaz (a quien ya he dicho que considero un personaje perfectamente prescindible por su nivel intelectual, cultural y social) de quien dice mucho es del resto del plantel. Si por la izquierda la alternativa era un butanero y ahora es una tipa cuya primera preocupación ha sido tocar la Semana Santa a los sevillanos (oiga, que no haya empleo, industria, oportunidades, que la presión fiscal sea asfixiante o que la pequeña empresa esté desapareciendo, vale, ¡pero no me toque la Semana Santa!), por la derecha tiene al hijo tonto del peor monologuista del club de la comedia sin puñetera gracia. Y ante eso, una vividora del partido, que pasó su juventud en la sede de la Plazuela de Santa Ana haciendo y deshaciendo por el único mérito de su fidelidad al aparato puede presentarse sin preocuparse de decir más que cuatro frases de mínimo sentido común que la hacen parecer como una alta estadista por comparación con el desecho de tienta alternativo.
Y entonces, ¿no aspira a liderar el PSOE en las generales? En mi humilde opinión, no. He dicho que es simple, pero tonta del todo, no. Hace tiempo publiqué en redes sociales que me parece trágico que en España haya que elegir entre la indigencia moral del PP y la indigencia intelectual del PSOE. Fíjense si este segundo aspecto es tan así, que Doña Susana destaca por encima del resto. Cómo será ese resto.
Susana Díaz aspira a liderar el PSOE nacional, sí, pero no para unas elecciones generales de 2015 que previsiblemente resultarán un batacazo para el partido socialista (y para el popular, esa es otra). Será entonces, después de ese batacazo, cuando su egregia y magna figura de fontanera sin muchas luces ni formación emerja sobre la papilla en que se haya convertido el detritus que hoy capitanea Ferraz. Y entonces sí reclamará la púrpura para pastorear el rebaño. Y nunca mejor dicho lo del rebaño.
Esta, repito, es mi simple opinión de andaluz raso.
Sobre el porqué van a seguir ganando en este mar de corrupción que es la vida política andaluza, ya hablamos otro día porque es para nota. Pero por dejar sólo un apunte: El caso de los EREs surge de la denuncia de dos empresarios a los que se les pide la mordida. TODO EL MUNDO con ojos y dedos de frente (con uno y medio vale) sabe que aquí todo funciona así. Con mordidas y a dedo. La pregunta es: si todos lo sabemos, ¿porqué nunca el PP no ha señalado directamente esas prácticas y han tenido que venir esos dos empresarios? La respuesta podría llamarse Consejería de Oposición. En la que se está calentito en invierno y fresquito en verano.
Señor, Dios Todopoderoso:
En esta hora en la que embarcamos un nuevo proyecto, quiero ponerlo en Tus Manos para que si así es Tu Voluntad lo ampares y protejas con la única petición de que su fruto sea siempre en servicio a tu Gloria, pues nada quiero si a Ella no sirve.
Que sirva de sustento a mi familia pero sólo si con ese sustento sabemos seguir sirviéndote y alabándote, y que nos ilumines para que sepamos utilizar los dones que pones a nuestra disposición para servir también a nuestros hermanos que lo necesiten.
Que siempre sea todo a Mayor Gloria Tuya.
Amén.
Empieza el año y todo el mundo lo encara en clave política, con el tío de la coleta en todos los comentarios. Así que vamos a hacer recuento de los peligros para la convivencia que supondría un acceso de Podemos al poder, eso que tanto nos asusta:
Aborto libre: Bueno… eso ya está en la práctica, y de hecho el PP quiere terminar de recuperarlo con el tercer supuesto de la ley del 85 que reivindica. O reivindicaba y los chicos de Nachete HO y otros mamporreros y tontos útiles del régimen presionan para que siga reivindicando.
Aborto subvencionado y pagado por todos en la Seguridad Social: Ups… Eso ya está, lo puso el PSOE y quien más dinero gasta en ello es el PP en Madrid.
Llamar matrimonio a uniones aberrosexuales: Ejem. Ya igual llegan tarde. Con el furor con el que alcalduchos peperos corrieron a casar bujarrones…
Adopción de niños por las uniones anteriormente dichas: Huyyyyy, va a ser que también se le han adelantado. Por cierto, que el gobierno de Mariano señala como malos malísimos a gobiernos que sí protegen a los niños.
Presión fiscal asfixiante: Hola, ¿Está Montoro? Que se ponga.
Salario medio en 700 €: Y bajando. Malditas estadísticas y hemerotecas…
Para realizar sus propuestas habrá que endeudar al país por varias generaciones: ¿Más generaciones de las condenadas por esa deuda que estos hijos de puta que gobiernan ahora y por los hijos de puta que gobernaron antes engordan día a día, encima sacando pecho porque aunque cada vez son más miles de millones de euros los que debemos, el interés es algo menos que antes?
Intervención del estado en la educación: La LOGSE era una broma comparada con la situación actual. Hoy es ASFIXIANTE.
Eliminación de acuerdos fiscales con la Iglesia: Anda, mira, como en Castilla y León, donde primero se ha corrido a revisar IBIs… Allí donde gobierna… esto… ¿quienes eran?
Disminución de horas de clase de religión: Menos mal que no mandan ya y gracias a eso este año quieren reducirla a la mitad y gracias a Wert desaparece del bachillerato.
Fijación de la memoria histórica selectiva y sectaria: Sí, esa que Marianico mantiene y fomenta.
Bueno, parece que hay muchas cosas peligrosas, ¿eh? Claro, claro. Ahora es cuando el pepero o pesoero irredento clamarán ¡Noooo, son muy malos, también plantean la salida de la OTAN y del Euro! Cosa que no han dicho, es más, han sido bastante más suaves que el discurso del PSOE en el 82. Ahora bien, si así fuera… ¿De verdad plantearían eso que hay quien plantea en zonas tan bolivarianas como Reino Unido o Francia? ¡¡¡¿¿¿Y DÓNDE HAY QUE APUNTARSE PARA ESO, QUE VOY???!!!
No, ni estoy diciendo que lo mocitos poderosos sean buenos y por supuesto ni me planteo el darles mi voto. Como no me lo planteo a los que lloran desesperadamente porque estos puedan quitarles su posición de privilegio después de llevar 40 años arruinando a España, muchos de ellos (antes de la crisis) con el aplauso entusiasta de los que ahora le dan ese mismo aplauso al mocito de la coleta.
Sólo digo que peor que estos (UCD, PSOE, PP, CiU, PNV, IU, etc. no van a ser. Es imposible.
¿Que que resultarán ruinosos para España? Seguro. Para esta España ya arruinada por los que nos alertan sobre ellos.
Como cada año, durante un rato pierdo la vista en algún rincón y respiro hondo. Y entonces vuelvo a sentir olores olvidados, esos olores que no sabemos describir pero que corresponden a un rincón de nuestra memoria. Y me sé en el cuarto del pasillo, donde los 12 primos García nos amontonábamos jugando, cantando, o alborotando de cualquier manera. Y si aquella manera aminoraba, ahí venía la abuela Mercedes con un cargamento de panderetas y zambombas preguntando por qué tanta calma cuando hay que cantar y reír y beber, que hoy es Nochebuena y en estos momentos no hay que tener pena, y la zambomba y el almirez seguían su dirección musical para desesperación de las cabezas del resto de adultos de la casa, mientras el abuelo Calixto sonreía desde su mesa a la que acudíamos a pedir su manjar secreto en forma de osito de gominola.
Otras veces donde me sé es en el cuarto del fondo, donde era más difícil juntar a los 24 primos Yangüela, aunque alguna vez lo conseguimos, desafiando al principio de impenetrabilidad de los cuerpos sólidos o a la resistencia de armarios en los que apenas cabían dos pantalones y tres camisas pero en los que nos apañábamos para entrar 3 ó 4 primos jugando a las tinieblas, mientras el abuelo Fernando disfrutaba sus queridos dulces de Navidad esquivando por el pasillo la caca de plástico que cada 28 sacábamos para gastarle la broma. Mientras, la abuela Elena se embutía en su rebeca de punto y charlaba en el sofá con mamá y las tías.
Nada nos aparte de celebrar lo principal. Y de cantar al Niño que viene a salvar al mundo, verdadero Dios hecho verdadero Hombre. Pero sin desatender en nada eso, disfruten los niños de sus abuelos y primos, sobre todo aquellos que como yo sólo los disfrutan en vacaciones. Llegará una Navidad en la que, postrados ante el Belén, evocarán su recuerdo rogando y confiando en que el buen Dios les haya permitido ya formar parte de los pastores eternos que le adoran por los siglos de los siglos.
Feliz y Santa Navidad.
Nos acercábamos al verano de 2011, yo vivía la descomposición de las Cajas de Ahorro desde dentro de una de ellas (o de varias… a esas alturas ni lo sabía), como trabajador externo del departamento de desarrollo informático. En pocos días empezaron a convocar reuniones y a cruzarse órdenes. A mí me pidieron adaptar una operativa para la próxima salida a bolsa de la entidad. Tuve que hacer mi trabajo saltándome todos los protocolos que la propia entidad nos imponía a las empresas externas por sus propias urgencias y cambios de criterio.
Un día, cansado de chapuzas y apremios, pregunté a qué venía tanta prisa, si a mi humilde juicio lo correcto era esperar al otoño y hacer tranquilamente el trabajo de manera ordenada y correcta. «Tenemos que salir con Bankia», me dijeron. «¿Con Bankia?» pregunté. «No sé quién sería más tonto, si el que compre una acción nuestra o el que la compre de Bankia». Los expertos en Valores y Mercados me recriminaron mi osadía. Yo era un pobre tocateclas, que además se jactaba de parecerle absurdo (en el mejor de los casos) todo el jueguecito de la compraventa de papelitos. A pesar de llevar unos años codificando parte de esa compraventa.
Me dieron una serie de explicaciones económicas de las que no entendí ni el diez por ciento. Y además manifesté mi incomprensión, para burla de los encorbatados. Pero zanjé el tema después de mirar los papeles que informaban de la inminente salida a bolsa de Bankia. «Esto no se lo creen ni ellos. Pero bueno, qué sabré yo. A mí dadme parámetros técnicos y lo codificamos. Allá cada cual».
Hoy me encuentro esta imagen. Pero claro, qué sabía un pobre tocateclas entre tanto capullo con corbata de flores. A ver si alguien se anima y miran a otras cajas, no sólo esa. Que nos vamos a hartar. Unos de reír, otros de llorar. Yo… de nada. Qué sabré yo.
En la misma zona en la que anteayer se producía la pelea acabó con el lanzamiento el río y la muerte del «aficionado» coruñés, hace aproximadamente 9 años y medio, horas antes de una final de Copa, paseaba yo con mi camiseta verde blanca y mi bufanda entre miles de aficionados de Osasuna.
Lo hacía acompañando a mis queridos Silvia y Miguel, pamploneses y osasunistas de pro, aprovechando que gracias al partido podíamos vernos a mitad de camino de nuestras respectivas casas.
Por supuesto tomamos algunas cervezas, cantamos y nos divertimos. Como digo entre miles de aficionados osasunistas. Por supuesto no hubo ningún problema. Al ver mis colores verdiblancos destacando entre su rojo alguno me hacía una broma, algún comentario, y también, claro, diferencias. Pero siempre con respeto. Incluso alguno que recordando su estado dudo que se enterara de cómo quedó el partido hasta el día siguiente.
Posiblemente por allí cerca hubiera algún que otro gilipollas, tanto da vestido de rojo o de verde, buscando problemas, peleas, o haciendo el imbécil de cualquier manera.
Esa final de copa, con el buen rato pasado entre tanto rojillo, con los nervios del partido, con la celebración del título fue el inicio del declive de mis aficiones futboleras, por varias razones que ahora no vienen al caso y que igual en los comentarios podemos desarrollar, felicitando a los que se han cargado el invento siguiendo el plan del pan y circo moderno.
Cuando mis hijas eran más pequeñas, alguna vez entrábamos en el humilde Estadio Municipal que hay cerca de mi casa. Mientras yo veía el partido de segunda división provincial ellas correteaban y comían gusanitos. En alguna ocasión nos encontramos con que jugaban las categorías infantiles, equipos de chavales de 10, 11 ó 12 años de los pueblos de alrededor. Tuve que dejar de ir al estadio con mis hijas. Tal era la vergüenza que me causaban los padres de las criaturas con todo el cuerpo asomado por encima de las vallas gritando todo tipo de barbaridades a los árbitros y a los jugadores rivales.
Cuando nació mi hijo e iba cumpliendo años algún amigo me preguntaba si no lo iba a apuntar a fútbol. Como sale a su padre en lo de estar claramente llamado a cualquier cosa distinta del deporte (ni el dibujo ni el cante, pero ese no es el tema), no tuve que lidiar muchas tentaciones. Pero si hubiera estado dotado para ello, realmente me hubiera costado mucho apuntarle a lo que ya había conocido como un nido de salvajes inculcando insana rivalidad y nula educación a sus vástagos.
Tras las primeras noticias, confusas, que hablaban de varios heridos en una pelea cerca del estadio, fue imponiéndose la versión final de que no se trató de un encuentro casual, ni de una cacería de salvajes buscando inocentes aficionados, sino de un aquelarre de descerebrados que quedaron intencionadamente a pegarse no por la noble defensa de una dama, de una familia, de tu pueblo… No. Porque mis rayas son rojas y las tuyas azules.
Sabido esto, lo que no entiendo es la intervención, horas después, de dirigentes y vividores futboleros varios lamentando lo ocurrido (claro, eso yo también) y enviando el pésame a la familia (evidentemente, yo también me uno y ofrezco mis oraciones) y, ojo ¡a toda la afición del Dépor!
Bueno, allá cada cual. Yo desde luego, como bético que soy, a mí no me tienen que dar el pésame porque un cafre, por muy revestido de 13 barras verdiblancas que fuera, buscara a otro cafre, con otros colores, a darse en la cabeza a ver cuál se abre antes. Pues mire, lamentaré la muerte, faltaría más, de un padre de familia, o de cualquier persona… pero a mí como bético no me pida usted perdón ni me dé el pésame.
Eso sí, si usted asiste a escuelas de fútbol o simples equipos infantiles en cuyos partidos tipejos que ejercen de padres inculcan a sus hijos un odio tal y un desprecio tal por su rival, oiga… luego no se lamente cuando pasen a mayores. Aquello de polvos y lodos. ¿Les suena?
No puede ser. Tiene que haber un error. ¿15 años? Si hace sólo un rato que me llamaba desde la cuna, que le daba de comer, que se me agarraba llorando al llegar a la guarde…
Y aunque ella ahora quizá no lo crea, aunque lo desafíe a diario, aunque intente cambiarlo, la sigo viendo igual, queriendo igual y esperando igual. Aunque ya no se duerma en mis brazos ni crea que yo lo puedo todo.
¡Tempus fugit!
Anda el patio revuelto, haciendo sesudos análisis sobre el porqué de la explosión de casos de corrupción en estos tiempos, de la munición que éstos dan a gente como los chicos de los círculos poderosos, y muchos de ellos -los de siempre- empeñados en convencernos de que son manzanas podridas y que no se debe generalizar.
Confieso que a mí también me llama la atención la proliferación de los casos que están saliendo. Pero no por su cantidad ni por su alcance, sino por el momento.
Vamos a ver, que Pujol se envolvía en la senyera para robar a manos llenas era algo que cualquiera que tuviera ojos y un mínimo de sensatez veía y denunciaba hace 30 años. Lo mismo que ningún andaluz medianamente despierto y decente ignoraba cómo corrían (y corren) los dineros públicos dilapidados por miles de millones. Igual que nadie que haya tratado siquiera dos minutos con un responsable sindical de UGT o CCOO puede torcer el gesto al saber que sus gerifaltes amasan fortunas fruto del esfuerzo de los trabajadores y contribuyentes a los que esa panda dice defender. Igual que… (rellénese con los casos de los alcaldes, consejeros o simples conseguidores de su terruño).
Nadie, insisto, puede llamarse a sorpresa, salvo que viviera en una cueva o participara del chiringuito. Y ahí precisamente es donde está lo más grave. Porque algunos llevamos 30 años señalando que este régimen, el del 78, ese que llaman de libertades y democracia que nos hemos dado a nosotros mismos no es que tenga episodios de corrupción, que toda sociedad humana en todos los tiempos tuvo, sino que es en sí mismo un régimen nacido y diseñado para la corrupción, el robo y el expolio a la Patria, a la Nación, a la Sociedad (llámese como se prefiera) sobre cuyos hombros se ha construido.
¿Por qué los manejos que se llevan realizando 40 años sin que nadie tosa ahora llenan portadas? Es más ¿cómo ahora se escandalizan los que señalaban como peligro a los que hace décadas, desde el principio, señalaban la podredumbre sistémica?
Hay que alzar la voz ante los que se hacen los sorprendidos después de años compartiendo mesa, mantel y chanchullos con los ¡de repente! revelados como corruptos. Pero también cabe ahora alzar la voz ante los chicos del círculo poderoso y otros salvapatrias que denuncian que esta ola de corrupción que ¡de repente! nos invade es fruto de una casta que «ha secuestrado la democracia». No es cierto. Es una casta corrupta, sí. A todos los niveles, sí. En todos los partidos, sí. Pero no han secuestrado la democracia. Ni la han pervertido. Simplemente representan lo que esta democracia, este régimen, siempre ha sido siguiendo el diseño de la chusma corrupta y traidora que lo diseñó e impulsó con el robo como fin y no como accidente. Y lo que nos hace poder alzar la voz frente a los oportunistas denunciantes de ahora es que ellos llevan décadas alabando al régimen, ensalzando esa supuesta libertad y democracia, mientras las migajas de los ladrones caían y les alimentaban. Y que es ahora, en las vacas flacas, cuando alzan la voz. No porque se opongan a la rapiña, sino porque ya no les llegan sus despojos.
En las maduras, cuando todos tiraban con pólvora del rey, a los que clamábamos contra ese sistema nos llamaban agoreros y aguafiestas, en el mejor de los casos. Y los que de todo aquello se sirvieron vienen ahora a decir que nos van a salvar.
La transición era esto. El antifranquismo era esto. La democracia era esto. La «más larga etapa de paz y convivencia democrática» era esto. Y sus impulsores, defensores y mantenedores, sus colaboradores necesarios. Desde las instituciones de entonces y de ahora, desde los partidos de entonces y de ahora, desde los medios de entonces y de ahora, desde las mamandurrias de entonces, de las de ahora, y de las que hubo entonces y ahora se secan haciendo que sus mamones se hagan de repente los dignos.
Todos ladrones. Todos traidores. Todos escoria.
Del caso de las tarjetas de Caja Madrid lo que más me llama la atención es la sorpresa del personal. Porque si alguien no sabía que los consejeros puestos a dedo por los partidos, la patronal y los sindicatos se lo llevaba crudo es que no sabía dónde estaba.
Lo segundo que más me llama la atención es que la gente señale a Caja Madrid, cuando esto se ha producido en todas las cajas, con gente de todos los partidos y sindicatos.
Y lo tercero es ver a los liberales sacar pecho diciendo que esto prueba la inviabilidad de la banca pública, cuando la aniquilación de las cajas en los últimos 25 años no ha sido por ser banca pública sino por ser banca política. Llamar banca pública a las cajas de ahorro españolas aniquiladas es como llamar democracia y gobierno del pueblo al régimen que las ha aniquilado.
Dicho esto, cada uno elija a qué cerdo señalar y del que despotricar. Se puede elegir a Rato, ese que siguen diciendo que es el autor del «milagro económico» que consistió en vender las joyas de la abuela para inflar las cuentas en torno al 2000. No sé de qué se extrañan. En Caja Madrid ha hecho lo mismo: fundirse lo que había y presumir, dejando al que venga detrás sin nada de lo que tirar. Pues lo mismo que con Aznar. Se puede elegir a los consejeros de Izquierda Unida o de los sindicatos, pegándose la vida padre mientras ponían cara de esforzados libertadores del oprimido. Como si eso fuera nuevo y no viniera sucediendo desde la primera hoz y martillo, desde el primer puño en alto, que siempre que pudo se abrió para coger billetes.
Al menos estos rojetes de cigala y champán siempre han defendido la teoría de que entre todos tenemos que poner para que ellos vivan. Su resto de coherencia al menos asoma por ahí. Pero por eso mismo yo hoy estoy fijándome en uno de esos vividores de lo ajeno, uno de mis piezas favoritos. Se trata de Juan Iranzo, o Juan Emilio Iranzo Martín para ser exactos y para que no haya dudas y sepa usted de quién hablamos. Y no lo elijo por que sea el que más ha chupado del bote, ni por que sea el que tiene unos gastos más inconfesables. No. Lo elijo porque hace años que tiene la capacidad que pocos tertulianos de derechas o izquierdas tienen de tocarme los mondongos cada vez que abre el hocico. Este pájaro es uno de los que utiliza (cobrando, supongo) la radio de nuestros obispos para apostolar (¡ay!) las bondades del liberalismo, la necesidad de los sucesivos aprietes de cinturón, las bondades del esfuerzo y del riesgo de los bienes propios para conseguir ser algo en la vida. Es uno de esos tontolabas que gusta de engolar la voz para decirnos a todos que somos unos muertos de hambre, que nos tendrían que bajar más el sueldo y que el que quiera peces se moje el culo porque él está matado a trabajar y por eso tiene lo que tiene, y a los demás que les den.
Bien, pues este pieza, que en la misma época que tiraba de tarjeta defendía la bondad de los bancos españoles salvo por el detalle de los problemas de liquidez de algunas entidades (coño, Juanito, pues no cargues bragas de guoman sicre a esas entidades y tendrán menos problemas, digo yo), ha tenido el cuajo de salir a la palestra a defender su honradez exponiendo que él hizo el uso de la tarjeta que la entidad le autorizó, y que todo es legal. Algo, cuidado, que probablemente sea absolutamente cierto. Y según su lógica liberal, por tanto, impecable: No he violado la ley, he ganado dinero, por lo tanto soy inocente. Es lo que ocurre cuando no hay leyes morales sino civiles, mandamientos sino normas del mercado.
Dice el pollo además, sacando pecho, que a ver qué iba a hacer, si por la normativa entonces vigente los consejeros no tenían sueldo, sólo dietas y un pequeño incentivo consistente en una tarjeta para sus gastos. Eso sí, las dietas eran «sólo» de 1.500 euros por cada reunión del consejo. ¿Y cuántas veces se reunía el consejo? Cuatro al mes. Es decir, que 6.000 euros al mes en dietas por cuatro reuniones era una remuneración que a todas luces necesitaba ser completada por una tarjeta para sus gastos. Este, el liberal. El que da clases. El apóstol de la iniciativa privada, de la asunción de riesgos…
Y sigue sacando pecho. Porque dice que esa cifra estaba por debajo de lo que consejeros de otras entidades financieras percibían. Bien, también legalmente debe tener toda la razón (y añade: «y por tanto según mi moral he obrado bien»… ay, ese «mi moral», qué significativo es…) pero por supuesto estar en un consejo de una entidad ¡y en su comité de control! que se va a pique, que pierde miles de millones y que necesita que entre todos pongamos otros tantos para rescatarla merece una remuneración mucho mayor.
Por tus méritos, Juanito.
Oiga, ¿y a efectos fiscales? «Yo pensé, yo entendí, yo dí por bueno…»
Eso, el decano del colegio de economista. El que presume de sus conocimientos. Con dos cojones.
Y por supuesto, como todos los liberales de postín, chupando de botes ajenos.
Repitan conmigo: GOOOOOOOLLLLLFOOOOOOOO
P.S.: Señores responsables de los medios de la Conferencia Episcopal Española: ¿Sigue este tipo utilizando sus micrófonos para reñirnos a todos con sus herejías liberales?